
El otoño es sinónimo de olor a castañas asadas, de pasar más tiempo en casa escuchando la lluvia caer mientras saboreamos un té con canela calentito... Pero también lo es de un aumento de los resfriados. Para proteger a la población de riesgo, la campaña de vacunación arranca en el mes de octubre para minimizar las consecuencias de la gripe, velando por el bienestar de las personas más vulnerables.
A continuación, te contamos por qué es importante ponernos la vacuna de la gripe, a quién se dirige y una serie de recomendaciones a considerar antes y después de inyectarnos la dosis anual.
La vacuna de la gripe es una inyección que nos protege de contraer el virus de la influenza. Este patógeno ataca a nuestro sistema respiratorio, afectando a la nariz, garganta y pulmones, produciendo síntomas como fiebre, dolor de garganta, tos, dolores musculares o fatiga. Cuando nos vacunamos, nuestro sistema inmunitario se refuerza ante un posible contagio, evitándonos las complicaciones que sí podríamos sufrir al no ponernos la inyección.
La campaña de vacunación antigripal está dirigida especialmente a todas aquellas personas a las que este virus puede generarle complicaciones. Esto abarca a multitud de grupos de riesgo:
Cuando envejecemos, nuestro sistema inmunitario se vuelve más débil y somos más vulnerables frente a todo tipo de virus, volviéndonos más propensos a sufrir complicaciones severas, requerir de una hospitalización y, en los peores casos, incluso la muerte.
La vacuna de la gripe aporta diversos beneficios a las personas mayores que van incluso más allá de prevenir enfermedades en épocas de mayor contagio. Al igual que ocurre con los más pequeños de la casa, la campaña de la vacunación es especialmente efectiva en centros de día o residencias de mayores, donde se produce un «efecto de rebaño», protegiendo incluso a quienes se les desaconseja vacunarse.
Por otro lado, la inyección antigripal ayuda a que los adultos mayores disfruten de su vida social y se mantengan activos, imprescindible para cuidar de su salud mental.
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En España, el inicio de la campaña de vacunación de la gripe varía en función de la comunidad autónoma, pues son sus sistemas de sanidad pública quienes deciden la fecha de comienzo. Este año, Cataluña estrenó la campaña antigripal el pasado 22 de septiembre, dando prioridad a los más mayores y a otros colectivos vulnerables.
El resto de regiones empezaron a poner la vacuna de la gripe desde el 29 de septiembre —como Cantabria— y, las más tardías, el 20 de octubre —como fue el caso de Navarra o Melilla—. Muchas comunidades empiezan vacunando por fases a los grupos de riesgo (residencias de mayores, centros escolares o pacientes crónicos), y después abren la campaña a la población general durante la primera quincena de octubre.
Si quieres vacunarte, solo deberás pedir cita con tu centro de salud a tu enfermera de referencia. Puedes hacerlo presencialmente, por teléfono o a través de internet.
También es importante señalar que desde la Covid-19 llegó para trastocar nuestras vidas, se aprovecha la campaña de la gripe para administrar también una dosis contra el coronavirus y así reforzar nuestro sistema inmunológico. No es la única vacuna que también se pone en esta campaña: si has cumplido los 65 años, se suele administrar una dosis contra el neumococo si no has recibido una dosis previa o si así lo ha pedido un médico/a de cabecera o especializado/a.
La vacuna de la gripe, según el Servicio Gallego de Salud, es una de las más seguras y con menor tasa de notificaciones de efectos adversos. Es importante señalar que esta inyección no tiene una eficacia del 100% y no causa la gripe, pero sí disminuye las posibilidades de presentar complicaciones graves si nos infectamos.
Los efectos adversos que se producen son poco frecuentes y, si se manifiestan, son leves, locales y de corta duración. Los más habituales son reacciones locales en el lugar de la inyección y desaparecen sin necesidad de pautar un tratamiento. En ocasiones, también puede dar algo de fiebre, malestar y dolores musculares, pero no duran más de 48 horas.
Todo es susceptible de atraer bulos y mitos, y la vacuna de la gripe puede atraer algunos de ellos. El más extendido es el de que tomar un paracetamol —o cualquier otro analgésico— antes o después de la vacuna evita que suframos una reacción. De hecho, hacerlo está desaconsejado —sobre todo si también nos vacunamos contra el coronavirus— porque puede reducir la respuesta inmunitaria a las vacunas.
Lo importante, por encima de todo, es hacer vida normal antes y después del pinchazo. Lo que sí debemos evitar es beber alcohol, dormir poco y hacer ejercicios más intensos de lo habitual. Si no quieres saltarte tu rutina de entrenamiento diaria, puedes realizar ejercicios de bajo impacto, como yoga o taichí. A su vez, si te has resfriado, avisa a tu centro de salud para que te reagende la cita hasta encontrarte mejor.
Tras la inyección, es recomendable esperar en el centro de salud o el hospital entre 15 y 30 minutos por si surge algún efecto adverso. Estos periodos de reposo ayudan a descartar reacciones anafiláticas, lipotimias o síncopes que puedan surgir tanto por la vacuna como por los nervios del momento. En caso de malestar o fiebre, un paracetamol basta para calmar los síntomas (o el medicamento que tu profesional de la salud te haya recomendado), y si apareciera un síntoma anómalo, acude de inmediato a centro de referencia.

Las personas cuidadoras y los familiares tienen un papel fundamental: protegerse contra la gripe para garantizar su bienestar y asegurarse de que reciban las vacunas adecuadas. Es muy importante que todas las personas involucradas estén bien informadas y qué pasos deben seguir. Esto incluye buscar información sobre fechas de vacunación por grupos, colectivos contraindicados y la organización de citas médicas.
A su vez, también es importante servir de ayuda a que la persona mayor tome decisiones informadas sobre su salud y asegurarse de que se sientan cómodos al recibirlas. Si eres persona usuaria del servicio de teleasistencia, también pueden resolver tus dudas sobre la campaña de vacunación o hacerte recordatorios el día en el que te toca ponerte la dosis.
Ponernos la vacuna de la gripe una vez al año es muy importante tanto para las personas mayores como para quienes velan por la salud y el bienestar general (sanitarios, cuidadores profesionales,... ). La inyección antigripal se extiende a todo tipo de grupos de riesgo, desde niños de 6 meses hasta pacientes crónicos, y es una de las más seguras y que menos efectos adversos manifiesta de entre todas las vacunas. Es muy importante mantenernos informados sobre posibles efectos secundarios, dónde poder pedir cita y qué hacer (y no) antes y después de la dosis, además de seguir siempre las recomendaciones de nuestro médico acerca de nuestra vacunación anual.
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