Soledad en personas mayores: cómo prevenirla y tratarla
22/05/2020
De los 4,7 millones de hogares unipersonales que hay en España, casi la mitad están formados por personas mayores de 65 años. Y aunque no es lo mismo vivir solo a sentirse solo, es en este rango de edad cuando la conocida como soledad no deseada se agudiza.
En este artículo conoceremos cómo afecta la soledad a personas mayores, cuáles son sus principales causas y cómo prevenirla.
Causas de la soledad en los adultos mayores
Como decíamos anteriormente, en muchos casos y especialmente en este grupo de edad, este aislamiento no es por decisión propia. A partir de los 65 años se desencadenan, o al menos se incrementan, una serie de cambios y pérdidas que marcan esta etapa de la vida y que pueden aumentar este sentimiento. Por este motivo, no se puede identificar una sola causa de la soledad en personas mayores, sino que esta puede derivar de diferentes factores o incluso la unión de varios de ellos:
Síndrome del nido vacío: El momento en el que los hijos abandonan el hogar se conoce como síndrome del nido vacío. Cuando esto ocurre, se produce en un cambio en nuestra rutina, ya no precisan una atención continua y su ausencia hace que la sensación de soledad se incremente. Un punto de inflexión que puede provocar tristeza o depresión.
Relaciones familiares pobres: En relación con el punto anterior, puede producirse también un distanciamiento en la relación con los hijos. La familia es un pilar fundamental para las personas mayores, y así lo acreditan diferentes estudios, por eso la sensación de soledad puede aumentar si la calidad de los lazos familiares no es buena. Además, las llamadas y visitas ayudan a mitigar la soledad causada por el síndrome del nido vacío u otros escenarios.
Fallecimiento del cónyuge: La viudedad es uno de los grandes cambios que se suele producir en esta etapa. La pérdida de la pareja se convierte así en uno de los principales motivos; en especial para las mujeres.
Salida del mercado laboral: La jubilación, que en España se alcanza a los 65 años, es otra de las razones. El cambio importante en la rutina y la disposición de un tiempo libre que en muchos casos no se sabe cómo ocupar, agrava la situación.
Falta de actividades placenteras: Este tiempo de ocio del que se dispone tras la jubilación en muchas ocasiones es difícil llenar al no encontrar ninguna actividad que nos guste. Sin embargo, tal y como veremos más adelante, existen numerosas opciones para todos los gustos.
Prejuicios: Son muchos los prejuicios que se asocian a la vejez. Sin embargo, mantener a las personas mayores de 65 años como parte importante de la sociedad no solo es favorable para ellos, sino también para toda la población por lo que pueden ofrecer.
¿Cómo afecta la soledad a la salud en la tercera edad?
La soledad en las personas mayores tiene múltiples efectos negativos en su salud
pudiendo derivar en dolencias como la depresión o trastornos del sueño. De la misma forma, la situación de aislamiento se relaciona con una mayor incidencia en el consumo de alcohol o la aparición de algún tipo de deterioro cognitivo.
La salud física también puede verse afectada ya que este aislamiento va normalmente ligado a unos malos hábitos como malnutrición, falta de higiene o sedentarismo. Una rutina que puede provocar la aparición de dolencias como la artrosis, por la falta de movilidad; obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares, al no seguir una dieta saludable; o diferentes tipos de infecciones. También puede influir en el deterioro cognitivo, demencia y otras dolencias derivadas de ingerir incorrectamente los medicamentos (hacer más tomas de las necesarias u olvidarse de ellas).
Las personas mayores que se encuentran en una situación de aislamiento también son más propensas a sufrir accidentes domésticos. Además, la soledad incrementa la posibilidad de complicaciones en estos casos, al aumentar el tiempo de respuesta.
Evitar la sensación de "sentirse solo" es posible
Tras haber visto cómo afecta la soledad a personas mayores, vamos a ver cómo podemos prevenirla. Para evitar estos posibles efectos adversos en nuestra salud, existen múltiples opciones de ocio con los que mantenerse activos y fortalecer los lazos sociales. Tener una mascota que nos haga compañía y nos obligue a salir a la calle; proponerse nuevas metas o aprender cosas nuevas; realizar actividades de ocio como paseos guiados o talleres de cocina o jardinería, son algunas de las más extendidas. Otras opciones para evitar el aislamiento social en personas mayores son:
Actividades de voluntariado:
¿Por qué no ayudar a los demás mientras fortaleces los lazos sociales? El voluntariado permite a las personas mayores de 65 años ayudar a personas que lo necesitan evadiendo así por un lado la soledad, al colaborar y estar en contacto con otros; y por otro aumentando su autoestima, al sentirse útiles en la sociedad.
Asociaciones, viajes y excursiones: En la actualidad existen numerosas entidades e instituciones públicas y privadas que ofrecen actividades de ocio para personas mayores. Una etapa en la que se puede disfrutar al máximo del tiempo libre con viajes y excursiones al aire libre que permiten disfrutar de la naturaleza, conocer culturas y lugares nuevos y estrechar lazos sociales.
Centros de día: Otra de las alternativas para no sentirse solo son los centros de día, espacios en los que realizar actividades de ocio, talleres o juegos con otras personas de la misma edad.
La actividad física fomenta las relaciones sociales y previene la soledad en personas mayores
¿Cómo prevenir la soledad en la persona con limitaciones?
La prevención de la soledad en personas mayores dependientes, aunque más complicada, también es imprescindible. Las personas con alguna incapacidad física son más proclives al aislamiento social al tener mayores dificultades para salir a la calle. Sin embargo, en estos casos existen numerosos recursos que nos permitirán evitar la soledad en personas mayores con limitaciones:
Recursos personales:
Cada persona la afrenta de una forma diferente y crea sus propios mecanismos para enfrentarla. Ver la televisión, hablar con vecinos y familiares, llamar por teléfono o acudir a actividades de ocio, son algunas de las más habituales.
Recursos familiares: La familia es un pilar fundamental para evitar la soledad, especialmente cuando estas son dependientes. Por este motivo, estrechar los lazos familiares, que cuiden de los nietos o simplemente salir a pasear en familia van a ayudar no solo a evadirla sino también a reforzar su ánimo.
Recursos sociales: Mantener un círculo de amigos con los que compartir actividades y conversaciones se convierte en algo fundamental para paliar la soledad.
Relaciones de vecindad: Los vecinos se han convertido en una pieza clave de las relaciones sociales, personas que por proximidad pueden ayudarnos cuando lo necesitamos y se convierten en un pilar importante.
La prevención de la soledad en personas mayores es, en resumen, muy importante y para la que existen, como hemos visto, numerosos mecanismos. La teleasistencia domiciliaria ayuda también a paliarla con una atención personalizada las 24 horas del día y con solo pulsar un botón. Un servicio que además fomenta el envejecimiento activo y las relaciones sociales, minimizando el aislamiento social con la organización de talleres y actividades para mayores.