31/07/2020
El alzhéimer es una de las principales enfermedades que afectan a la tercera edad. Una dolencia neurodegenerativa que se caracteriza por la pérdida de memoria progresiva. Detectarlo a tiempo y realizar un diagnóstico adecuado serán claves para conseguir una evolución más lenta de la enfermedad. Descubrimos cómo se diagnostica el alzhéimer en este artículo.
La pérdida de memoria es el principal signo que se relaciona con el alzhéimer, sin embargo, este no tiene por qué ser concluyente ni el único síntoma. También dependerá de la persona y su entorno que estos signos aparezcan en mayor o menor número e intensidad. Pero ¿cómo se detecta el alzhéimer en personas mayores? Estos pueden ser algunos de los indicadores:
Aunque las señales descritas anteriormente pueden ser indicadores de que una persona padece alzhéimer, la mayoría de ellas trazan una fina línea entre esta dolencia y los signos habituales de la edad u otras patologías comunes en personas mayores de 65 años. Por ello, aunque estos signos nos puedan poner sobre la pista, será un especialista quien realice el diagnóstico de alzhéimer.
Si crees que tú o alguien de tu entorno puede padecer alzhéimer, consulta con el médico para que este realice una evaluación sobre sus capacidades cognitivas y otros biomarcadores y, si lo estima oportuno, pruebas que determinen si se sufre esta enfermedad o no.
¿Y cómo se diagnostica el alzhéimer? Actualmente no existe ninguna prueba que sea por sí misma concluyente, sino que se necesitan varias para diagnosticar la enfermedad:
Existe otras pruebas que, aunque menos frecuentes, también son utilizadas en el diagnóstico del alzhéimer. Este tipo de exploraciones son puramente orientativas, pero pueden ayudar en la evaluación.
La enfermedad de Alzheimer cuenta con varias etapas desde su detección. La progresión de la dolencia es gradual y puede tener una duración de 2 a 20 años en los que, dependerá de cada enfermo, este pasará de una fase a otra con mayor o menor celeridad.
En esta primera fase el enfermo puede mostrar problemas en el lenguaje o la comprensión, pérdida de memoria o cambios en el carácter. También presentará dificultad para aprender cosas nuevas o realizar las tareas cotidianas más complejas.
En esta segunda fase la enfermedad comienza a hacer mella de forma más pronunciada. El enfermo recordará acontecimientos pasados, pero no aquellos más recientes. También puede desorientarse y no identificar hora, fecha ni lugar en el que se encuentra. En este estado es cuando presentará dificultades para reconocer rostros familiares y pérdida de vocabulario.
En la tercera y última etapa el deterioro es evidente. El paciente ya no puede valerse por sí mismo, pierde la capacidad de masticar y tragar, son más vulnerables a cualquier otra afección, no reconocen a nadie y quedan postrados en la cama.
A pesar de que el alzhéimer no tiene cura y todavía no se ha encontrado la forma de prevenirlo, sí se ha demostrado la importancia de detectarlo a tiempo para que el avance sea más lento. Además, un diagnóstico temprano también nos permitirá tener más tiempo para planificar y tomar decisiones además de tener acceso a ensayos clínicos y toda la información y ayudas que precisemos.
Por eso, si crees que alguien de tu entorno puede padecer esta enfermedad, vigila si presenta alguno de los síntomas y recuerda la importancia de un diagnóstico temprano y los consejos que hemos recogido en este artículo sobre cómo se detecta el alzhéimer en personas mayores.
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