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Cuando dormimos, no se puede controlar que hacemos, ya sea respecto a las posturas que elegimos o cómo respiramos. Sin embargo, de todo ello depende la calidad de nuestro sueño.
Hay personas que respiran por la nariz y otras por la boca, lo que implica dormir con ella abierta. Una gran parte de las personas que duermen de esta manera son personas mayores, pero ¿por qué los ancianos duermen con la boca abierta? Te lo contamos en este artículo.
Si has visto dormir alguna vez a una persona mayor, te habrás dado cuenta de que, en la gran mayoría de casos, estos duermen con la boca abierta. Sin embargo, y aunque este fenómeno se da mucho entre las personas mayores, todos somos susceptibles de dormir de esta forma.
Aunque sea algo habitual, no debemos normalizar el hecho de dormir con la boca abierta. La encargada de nuestra respiración es la nariz y por las noches deberíamos respirar a través de ella, ya que se encarga de filtrar y humedecer el aire que entra por nuestro cuerpo.
Sin embargo, cuando hay problemas como la obstrucción de las vías respiratorias, respirar por la boca sale de manera natural.
Con el envejecimiento, nuestras vidas cambian y hábitos como la alimentación, nuestra forma de comunicarnos o el sueño también.
En cuanto al sueño, los patrones tienden a cambiar a medida que envejece. Las personas mayores se suelen despertar con más frecuencia durante la noche y se levantan más temprano por la mañana. Normalmente, el tiempo de sueño está entre 6.5 a 7 horas.
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En algún momento, todos hemos dormido con la boca abierta, ya sea por un simple constipado que no nos permitía respirar correctamente. Sin embargo, no suele ser algo común si no se tiene ningún tipo de problema de salud que afecte a la forma de respirar.
En los mayores, dormir por la boca es algo habitual por diferentes razones relacionadas con los cambios que se producen en nuestro cuerpo con la edad y patologías derivadas de la vejez.
Cumplir años conlleva afrontar cómo el cuerpo también lo hace. Nuestro sistema y capacidades se enfrentan a una gran serie de cambios. Por ejemplo, el sistema respiratorio -pulmones, conductos respiratorios, tórax, etc.- es uno de los más afectados.
Por ejemplo, los cambios en los huesos y los músculos provocan un menor nivel de oxígeno en la sangre al modificar la capacidad pulmonar. Esto lleva a que las personas mayores afectadas presenten síntomas como cansancio y dificultad para respirar.
El resultado es que nuestro cuerpo piense en diferentes estrategias para poder introducir todo el oxígeno que es necesario, siendo una de ellas el respirar por la boca al dormir.
Aunque en muchas ocasiones el dormir con la boca abierta se da por una simple mala postura al dormir o tener un colchón inadecuado, también se puede producir por sufrir determinadas enfermedades como son:
Prácticamente, todos los medicamentos tienen efectos adversos que pueden ir desde náuseas a mareos. Entre estos efectos secundarios pueden darse problemas pulmonares como son reacciones alérgicas, bronquitis o neumonitis. Todo ello hace que sea más difícil respirar y, por tanto, que se duerma con la boca abierta para conseguir más oxígeno.
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Respirar a través de la boca no es la forma natural ni adecuada de respirar. Por ese motivo, hacerlo tiene una serie de consecuencias negativas para nuestra salud.
Una de las consecuencias más habituales que tienen las personas que duermen con la baca abierta es la posibilidad de sufrir más caries. Además, puede provocar mal aliento porque la boca se queda seca y la saliva no puede neutralizar los ácidos bucales que son los responsables del olor de nuestro aliento.
Cuando dormimos con la boca abierta, roncar es casi imposible de evitar. Estos se dan cuando se obstruyen de forma parcial las vías respiratorias, que es lo que nos lleva a respirar por la boca, y que se seque nuestra garganta y empecemos a roncar.
En algunos casos, roncar deriva en una apnea que haga que nuestro cerebro tenga que despertarse constantemente para coger aire y que no podamos alcanzar el sueño profundo y, por lo tanto, descansar.
Como hemos podido ver, dormir con la boca abierta lleva a tener determinados problemas que, a largo plazo, acaban afectando a la salud de la persona en general. Los más habituales están relacionados con la falta de sueño y que deriva en cansancio, irritabilidad o dolor de cabeza, entre otros.
Dormir bien es fundamental para tener una buena salud mental y física. Las personas mayores tienen más dificultades para conseguir una calidad de sueño alta debido a los cambios que se producen en su cuerpo. Por ello, es importante buscar soluciones para mejorarla.
Dormir con la boca cerrada es lo más recomendable. Sin embargo, es difícil de controlar que durmamos con ella abierta. Por eso, algunos consejos para intentar dormir con la boca cerrada son:
Hoy en día, existen diferentes tratamientos para mejorar la calidad de sueño en personas mayores. Desde alternativas como técnicas de relajación o de control del estímulo, que ayuda a eliminar todo aquello que hace que tu mente produzca resistencia a la hora de dormir, pasando por medicación, existen múltiples opciones para intentar dormir mejor.
En cuanto a los medicamentos, encontramos los conocidos como somníferos. Existen aquellos que son de venta libre y que no están destinados para el consumo habitual, y los que van con receta que son el Zolpidem o el Ramelteon, por ejemplo.
Tener una buena calidad de sueño depende de muchos factores y, sobre muchos de ellos, podemos tener control. Algunos de estos cambios son:
Una mala calidad de sueño puede ser muy desesperante para la persona que la sufre como para su entorno. Por ello, es importante ver cuáles son los recursos que existen para ayudar a sobrellevar esta situación.
Gracias a la tecnología y su aplicación en distintos medios, contamos con distintas herramientas y productos destinados a ayudar a mejorar la calidad del sueño. Un ejemplo son las camas inteligentes que no solo recogen datos sobre el sueño, sino que cuentan con climatización automática o una firmeza que se ajusta a cada persona.
Asimismo, también existen dispositivos inteligentes como altavoces o relojes inteligentes como Senzia, que se encargan de monitorizar el sueño y dar claves para conseguir un mejor sueño.
Actualmente, existen grupos de apoyo destinados a ayudar a las personas que tienen problemas de insomnio. Estos grupos sirven como terapia y en ellos se llevan a cabo distintas estrategias no farmacológicas y psicológicas para ayudar a mejorar la calidad del sueño.
Gracias a Internet, podemos encontrar en línea una amplia variedad de recursos para ayudar a los ancianos y sus cuidadores en la mejora de la calidad del sueño. Desde sonidos relajantes, videos de respiración y meditación a estudios acerca del sueño, todos podemos conocer mucho más como tratar los problemas del sueño.
Dormir con la boca abierta puede llevar a tener una mala calidad de sueño, y por tanto, afectar en el día a día de la persona y a sus relaciones con los demás. Aunque es algo incontrolable, existen ciertos métodos a seguir para evitar que se produzca como dormir de lado o humidificar la habitación.
Al fin y al cabo, cuando somos mayores, nos cuenta más descansar por lo que es importante evitar cualquier tipo de distracción añadida.
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