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Consejos sobre el aseo personal a personas mayores

06/08/2021

Una mujer lavándose las manos, una parte esencial del aseo personal de personas mayores

Para garantizar el bienestar y la calidad de vida en la vejez, la higiene o aseo personal en personas mayores es un aspecto fundamental. En este sentido, unos buenos hábitos higiene tienen aún más importancia en la tercera edad, ya que no solo significan limpieza, también están relacionados con la salud.

En este artículo te mostramos cuáles son las ventajas de cuidar nuestra higiene y qué técnicas hay para asear a aquellos mayores encamados que no pueden hacerlo por sí mismos. Asimismo, te explicamos otros buenos hábitos de higiene a parte del aseo de personas mayores, como el cuidado de la alimentación, salud bucal y postura.

Importancia de la higiene en adultos mayores

La higiene es un aspecto prioritario en la tercera edad por los efectos positivos que tiene en la salud física, mental y emocional. Una rutina de aseo personal en personas mayores es necesaria para lograr un envejecimiento saludable y otras ventajas que veremos más adelante.

En el caso de personas mayores dependientes que no pueden asearse por su cuenta, deben ser los familiares o cuidadores quienes se responsabilicen de mantener su higiene. Se trata de una labor fundamental para que el paciente pueda gozar de una buena calidad de vida y bienestar en la vejez.

Asimismo, la función de los cuidadores vas más alá del aseo personal en personas mayores con cierto grado de dependencia, también es necesario mantener limpio y cuidar su entorno. Por ejemplo, eliminando malos olores, evitando el desorden y obstáculos que pueden provocar una caída en el mayor, manteniendo la casa bien iluminada, etc.

La higiene corporal

Aunque más adelante veremos el resto de tipos de higiene, vamos a comenzar hablando del aseo corporal. En este sentido, lo más recomendable para la higiene corporal de las personas mayores es:

  • Duchas o baños al menos tres veces por semana.
  • Usar productos de higiene personal neutros.
  • Lavar y secar la piel con suavidad, prestando atención a los pliegues de la piel.

Respecto al baño, debemos hacer que el entorno sea lo más cómodo, seguro y accesible posible, sobre todo, si es para una persona mayor con algún problema de movilidad. Para ello, necesitamos:

  • Elementos de seguridad, como barras de agarre o bancos de ducha.
  • Espacio suficiente y sin obstáculos.
  • Temperatura óptima en la habitación.
  • Tener a mano todos los productos necesarios para el aseo, es decir, esponjas, toallas limpias, peine, champú, etc.

A pesar de que el mayor no pueda asearse por su cuenta, es importante que esté implicado en su higiene. Es decir, durante el baño la comunicación debe ser constante, explicando cada cosa que hacemos o que vamos a hacer. También, debemos dejar que el anciano realice por sí mismo aquellas tareas que su condición le permita para mantener su independencia y autonomía todo lo posible.

Ventajas de mantener una buena rutina de aseo e higiene

Como a hemos mencionado, el aseo personal en personas mayores es imprescindible para cuidar su salud. Principalmente, una buena higiene en la tercera edad aporta las siguientes ventajas:

  • Prevención de enfermedades e infecciones.
  • Aumento de la autoestima y comodidad.
  • Mejor estado de ánimo.
  • Mayor disposición a socializar.
  • Estimulación de la circulación sanguínea.

Si combinamos una buena higiene con otros hábitos saludables, como hacer ejercicio y una dieta equilibrada, los beneficios serán aún mayores.

Técnicas de aseo para personas encamadas

En el caso de que el paciente no se pueda levantar de la cama, deberemos conocer la mejor forma de cuidar de la higiene del mayor encamado. Para empezar, cuando procedamos con el aseo, debemos asegurarnos de tener a mano todo lo que vayamos a necesitar, como el jabón, esponjas, crema hidratante y demás.

Además de los productos, es importante contar con recipientes con agua al lado de la cama y toallas de diferentes tamaños, una de ellas grande para ponerla sobre la cama y evitar que se moje.

Respecto a la técnica, lo más recomendado para el aseo de personas mayores encamadas es lavar, secar y aplicar crema hidratante a cada parte del cuerpo por separado. De esta forma, el orden que podemos seguir es el siguiente:

  1. Cara, también prestando atención al cuidado de los ojos, oídos, vías nasales, cuello, boca y dientes.
  2. Brazos, axilas, manos y uñas.
  3. Tórax y abdomen.
  4. Piernas, pies y uñas.
  5. Espalda y glúteos.
  6. Genitales.
  7. Cabello.

Hay que recordar no dejar ninguna zona húmeda después del lavado, algo muy importante para no causar irritación ni otros problemas en la piel del mayor encamado.

Si quieres saber más sobre el aseo de personas mayores encamadas, te dejamos el siguiente artículo: Cómo lavar a una persona mayor encamada.

La higiene bucodental en el anciano

Dentro de la rutina de aseo de personas mayores, la higiene bucal es de las áreas que más cuidados requiere.

Limpiarnos los dientes después de cada comida nos ayudará a evitar infecciones, malos olores, grietas en labios y lengua. No obstante, para prevenir estos problemas, la limpieza bucal debe ser la adecuada. Para ello, es importante:

  • Usar pasta de dientes con flúor.
  • Limpiar minuciosamente, empleando hilo dental por lo menos una vez al día.

Por otra parte, si el mayor cuenta con una prótesis dental, la limpieza debe ser aún más cuidadosa y profunda, ya que son un foco de infecciones.

Para lavar cada parte de la dentadura postiza con detenimiento, deberemos enjuagar la prótesis con abundante agua después de cada comida. Además, al menos una vez al día, necesitaremos la ayuda de un cepillo suave y jabón neutro para limpiarla.

Otra parte necesaria de la higiene dental son las visitas regulares al dentista, de forma que el profesional vigile la presencia de caries en el mayor, el posible deterioro de encías o la disminución de la función salival, entre otros problemas.

Foto de un cepillo de dientes, pasta e hilo dental y otros elementos de higiene bucal, fundamentales para una rutina de aseo en personas mayores
Dentro de la rutina de aseo de una persona mayor, la higiene bucal es fundamental para su bienestar, tanto para prevenir dolores de boca como trastornos alimenticios.

Importancia de una alimentación equilibrada

Como a hemos dicho, una buena higiene debe ir acompañada de otros hábitos saludables. Entre ellos, la alimentación es de los aspectos que más influyen es la salud de los mayores.

Por este motivo, siempre se recomienda una dieta variada en la tercera edad, como la mediterránea, y una cantidad de alimentos proporcionados a las necesidades nutricionales del anciano. Es decir, antes de planificar una comida para una persona mayor, debemos acudir al medico para conocer si tiene déficits alimenticios o algún problema para ingerir ciertos alimentos, ya sean alergias o algún trastorno alimenticio.

No obstante, existe una serie de pautas alimenticias generales para personas mayores que debemos tener en cuenta, como son:

  • Planificar la dieta con un 20% de proteínas y un 55% de hidratos de carbono.
  • Ingerir alrededor de dos litros de agua al día.
  • Consumir con frecuencia frutos secos, aceite de oliva virgen, frutas y vegetales.

Si quieres más información sobre cuáles son los alimentos recomendados para personas mayores, puedes entrar en nuestro artículo: Las mejores comidas para personas mayores.

Higiene postural en personas mayores

Cuando hablamos de higiene postural, nos referimos a aquellas las actividades y hábitos necesarios para tener una postura correcta en cada situación.

Se trata de un aspecto importante para las personas mayores, debido a que son un grupo de edad vulnerable a desarrollar problemas de movilidad. Con la higiene postural podemos prevenir o reducir el riesgo de padecer enfermedades que afectan a nuestra columna vertebral, articulaciones y músculos.

Entre las medidas que debemos tomar para tener una postura correcta, encontramos:

  • Al estar de pie: espalda recta, pies alineados a la altura de hombros, planta de los pies en contacto con el suelo.
  • A la hora de caminar: cabeza y tórax erguidos, hombros relajados, uso de calzado cómodo.
  • Al estar sentado: pies apoyados correctamente en el suelo, rodillas al mismo nivel de las caderas, espalda apoyada en el respaldo.

Con una buena higiene postural y ejercicios de fortalecimiento, conseguiremos huesos y músculos más fuertes, reducir las lesiones y mantener más tiempo nuestra autonomía e independencia.

Prevención y cuidado de pieles con manchas

Dentro de los hábitos de higiene, hay condiciones de la piel que hacen que algunas personas deban tener aún más cuidado a la hora del aseo. Entre las alteraciones cutáneas que aumentan la necesidad cuidar nuestra piel en la tercera edad, destacamos las siguientes:

  • Queratosis seborreicas: crecimiento cutáneo no canceroso que se caracteriza por la aparición de manchas de color café y apariencia verrugosa, sobre todo, en la cara y el tronco.
  • Queratosis actínicas: tumores premalignos que se muestran como manchas rojas y escamosas.
  • Tumores malignos: el basocelular, el espinocelular y el melanoma.

Para prevenir o reducir la aparición de todos estos tipos de trastornos de la piel, es fundamental protegernos del sol. En este aspecto, utilizando crema solar de mínimo factor 15 y sombreros, podemos evitar que las manchas cutáneas sean un riesgo de desarrollar cáncer de piel.

Por otra parte, las gafas de sol también nos protegen del sol y previenen enfermedades comunes en la tercera edad como las cataratas.

En cuanto a otras formas de prevención, la autorrevisión es necesaria, por lo menos una vez al mes después de la ducha, para detectar alguna alteración en la piel y consultar rápidamente con un dermatólogo.

Medicamentos

Existen ciertos medicamentos que pueden afecta a nuestra piel, ya sea porque aumentan nuestra sensibilidad al sol o causan alteraciones dermatológicas. En este sentido, ciertos antibióticos y diuréticos para la hipertensión pueden producir manchas rojas u obscuras en la piel y ampollas en las mucosas.

Por este motivo, es importante leer los prospectos de los fármacos, para comprobar los efectos adversos y posibles factores se riesgo. Asimismo, debemos consultar al médico si sufrimos cualquier manifestación cutánea al comenzar o durante un tratamiento.