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Qué es la fatiga crónica: causas y síntomas

04/10/2021

Una mujer leyendo en la cama, apoyando el libro sobre su cara, porque no tiene fuerza en los brazos debido a la fatiga crónica

A diferencia de las sensaciones de fatiga y cansancio, el síndrome de fatiga crónica (SFC) es una enfermedad y no un síntoma de alguna patología o un trastorno pasajero que desaparece al descansar.

Aunque se desconocen las causas de esta enfermedad, en este artículo te mostraremos aquellos factores que pueden desencadenar el cansancio, constante y persistente, que provoca este tipo de fatiga.

Además de qué es la fatiga crónica, aquí puedes ver cuáles son los síntomas de esta afección, sus diferentes estados, diagnóstico y tratamiento.

Qué es el síndrome de fatiga crónica

Para empezar, hay que aclarar que el síndrome de fatiga crónica (SFC) es un trastorno complejo que provoca una fatiga física y mental intensa, que se caracteriza por lo siguiente:

  • Debilitamiento incapacitante que dificulta las tareas cotidianas.
  • Persistente, más de 6 meses.
  • Carácter oscilante, intermitente.
  • Empeora con la actividad física o mental, pero no mejora con el descanso.

Asimismo, el síndrome de fatiga crónica puede presentarse sin necesidad de que haya habido un esfuerzo previo excesivo. En este sentido, se desconocen las causas concretas que pueden originar este trastorno, pero existen ciertos factores que pueden suponer un riesgo de padecer esta afección.

Diferentes estados de fatiga

Es importante señalar que es frecuente confundir ciertos síntomas de que es fatiga crónica con otras afecciones, como la depresión o aquellas que también causan una falta de energía y de motivación.

Por este motivo, debemos saber diferenciar entre los diferentes estados de fatiga que, para empezar, podemos categorizar según su origen en:

  • Fatiga normal o fisiológica: cuando realizamos un esfuerzo que provoca un gasto de energía del que podemos recuperarnos rápidamente con reposo. Asimismo, la intensidad de los síntomas de fatiga y el tiempo de recuperación serán mayores o menores dependiendo del trabajo realizado.
  • Fatiga reactiva: aquella que se desencadena ante una determinada situación y que mejora al evitar la causa desencadenante, como el insomnio o el consumo de ciertos medicamentos, entre otras.
  • Fatiga patológica: en este caso, la falta de energía aparece sin una clara relación con un esfuerzo previo y con una intensidad que repercute sobre las actividades de la vida diaria. También, se trata de un tipo de fatiga persistente que, aunque se cese la actividad que la ha originado, no mejora con el reposo.

También, existen diferentes tipos de fatiga según el tiempo de evolución de la afección:

  • Fatiga aguda, menos de una semana.
  • Fatiga transitoria, menos de un mes.
  • Fatiga prolongada, más de un mes.

En el caso del síndrome de fatiga crónica, la sensación de agotamiento o imposibilidad para realizar una actividad se presenta de una forma continuada o intermitente durante más de seis meses.

A lo largo de este tiempo, los pacientes sufren un deterioro físico y cognitivo, lo que puede conllevar un aislamiento social y un empeoramiento de su calidad de vida.

Qué causa el síndrome de fatiga crónica

A pesar de que se desconoce una causa definitiva del síndrome de fatiga crónica, existen una serie de factores desencadenantes que se han relacionado con la aparición del síndrome de fatiga crónica en varios pacientes, entre ellos:

  • Infección por virus o por bacterias.
  • Problemas en el sistema inmune.
  • Intoxicación por sustancias químicas (insecticidas, productos de limpieza, etc.).
  • Enfermedades del sistema endocrino.
  • Hipotensión.
  • Trastornos del sueño.
  • Depresión.

Aunque estos factores se han dado en personas que padecen el síndrome de fatiga crónica, los estudios sobre las causas son contradictorios y no muestran ningún resultado concluyente.

Quién tiene el síndrome de fatiga crónica

Concretamente, los estudios estiman que unas 100.000 personas sufren el síndrome de fatiga crónica en España, pero son muchos los casos que no se han diagnosticado, debido a que:

  • La fatiga y otros síntomas de fatiga crónica son comunes en muchas enfermedades.
  • Las recuperaciones y recaídas de la enfermedad pueden ser impredecibles.
  • Los síntomas dependen de cada persona.
  • Las personas que sufren esta afección pueden pasar por gente sana, incluso, para los profesionales médicos.

A pesar de que cualquier persona puede tener síndrome de fatiga crónica, hay ciertas características, demográficas, ambientales y conductuales, que están relacionadas con el riesgo a padecer este trastorno.

Es hereditario o contagioso

Como hemos mencionado, aún no se ha dado con la causa definitiva del síndrome de fatiga crónica, pero sí se ha descartado que el origen sea hereditario o contagioso.

Sin embargo, hay una serie de factores de riesgo que pueden aumentar la posibilidad de sufrir esta afección, como son:

  • Genética, por ejemplo, la hiperlaxitud ligamentosa, mayor flexibilidad de lo normal en los tendones y articulaciones, tiene una base genética y predispone a la enfermedad.
  • Sexo, ya que es una enfermedad que afecta entre 10 y 20 veces más a mujeres que a hombres.
  • Edad, concretamente, es más frecuente en adultos jóvenes y de mediana edad.
  • Estilo de vida, la falta de ejercicio y estar expuestos a situaciones vitales estresantes, también pueden aumentar la posibilidad de sufrir el síndrome.

Cuáles son los síntomas del síndrome de fatiga crónica

En este sentido, además de la falta de energía extrema, que empeora con la actividad física o mental y no mejora con el descanso, son varias las señales de que podemos padecer síndrome de fatiga crónica, entre ellas:

  • Problemas de concentración o memoria.
  • Sueño no reparador y dificultad para dormir.
  • Dolor de cabeza y de garganta.
  • Fiebre inferior a 37,5º.
  • Dolores musculares y articulares.
  • Dolor abdominal, a veces con diarrea.
  • Sequedad en los ojos o en la boca.

A parte de estos síntomas, otros pacientes han experimentado pérdida o ganancia de peso, alergias, lesiones en la piel, sudoración, entre otros. En este sentido, los síntomas del síndrome de fatiga crónica dependen de cada persona, al igual que su frecuencia y gravedad.

Una mujer joven, que sufre de fatiga crónica, acariciándose las sienes para calmar su dolor de cabeza mientras intenta estudiar
Si tenemos dudas de que la falta de energía se deba a que es fatiga crónica, es recomendable acudir al especialista médico, ya que muchos síntomas de este trastorno pueden imitar los de muchas otras enfermedades.

Cómo se diagnostica el síndrome de fatiga crónica

Generalmente, el diagnóstico de la fatiga crónica consiste en el descarte de otras enfermedades con la misma sintomatología, ya que no existen pruebas específicas para esta enfermedad. Para ello, suele ser suficiente con una detallada historia clínica, una exploración y unos análisis simples.

Además, es frecuente que las personas con síndrome de fatiga crónica también tengan otros problemas de salud al mismo tiempo, tales como trastornos del sueño, fibromialgia, depresión o ansiedad.

En concreto, deberían existir al menos los siguientes 3 síntomas para proceder al diagnóstico de la fatiga crónica:

  • Imposibilidad para realizar actividades, acompañadas de cansancio profundo la mayoría del tiempo.
  • Empeoramiento de los síntomas tras realizar un esfuerzo, físico o mental, o tras sufrir un estrés emocional.
  • Sueño no reparador.

Asimismo, estos síntomas tienen que durar al menos seis meses y su intensidad debe ser, una gran parte del tiempo, moderada o severa.

Cuáles son los tratamientos para el síndrome de fatiga crónica

Actualmente, no se ha descubierto ninguna cura del síndrome de fatiga crónica, por lo que los tratamientos de esta afección están enfocados en mejorar los síntomas. En este sentido, algunos de los tratamientos que han demostrado mayor eficacia son:

  • Terapias dirigidas a asesorar a los pacientes respecto a su enfermedad y abordar las conductas que pueden ayudar en la recuperación.
  • Ejercicio físico, comenzando con rutinas de una intensidad muy baja y aumentando progresivamente para evitar el sobreesfuerzo y empeorar la fatiga.
  • Fármacos para tratar la depresión, los mareos o náuseas y el dolor.

Al igual, es importante seguir unos hábitos saludables de alimentación y de higiene del sueño, además de prevenir posibles complicaciones del síndrome, provocadas por un aislamiento, depresión o situaciones de mucho estrés.

Debido a la complejidad del síndrome de fatiga crónica, lo más recomendable es acudir al profesional médico ante cualquier duda relacionada con la salud.