02/03/2023
Es muy común preguntarse si es lo mismo demencia senil que alzhéimer. Sin embargo, el término demencia senil, se utiliza a menudo de forma genérica, englobando todas las demencias y asociándolas al envejecimiento. En otras palabras, no es una patología como tal.
Esto ha llevado a que actualmente, en el ámbito médico, la expresión demencia senil ya no se emplee, ya que no se corresponde estrictamente a ninguna patología y suele causar cierta confusión.
En este artículo, te contamos de forma detallada cuales son las grandes diferencias entre estos dos conceptos.
La palabra “demencia” hace referencia a un síndrome clínico que se caracteriza por un deterioro cognitivo adquirido, que afecta a las capacidades personales y sociales del individuo. Por lo tanto, “demencia senil” es una expresión que se refiere a las demencias aparecidas durante la vejez.
Sin embargo, hay que entender que la demencia senil no es una enfermedad como tal. Es más bien una etiqueta que se usaba cuando no existían los métodos diagnósticos actuales. Se solía hablar de demencia senil cuando no estaba clara la enfermedad concreta que afectaba a una persona, y existía deterioro cognitivo en edades avanzadas.
Es decir, no toda la demencia senil responde a un diagnóstico de Alzheimer. Otras enfermedades que causan demencia progresiva y habitualmente vinculada a la edad son la demencia por cuerpos de Lewy, los trastornos frontotemporales, el Parkinson y la demencia vascular.
Algunos de los síntomas de la demencia senil son:
Diagnosticar la demencia y su tipo puede ser difícil. Para diagnosticar su causa, el médico debe reconocer el patrón de pérdida de habilidades y funciones, y determinar qué es lo que la persona todavía es capaz de hacer. Además, ninguna prueba por sí misma diagnostica la demencia por lo que se hacen una variedad de ellas.
Normalmente, se realiza:
La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad del cerebro que se produce por cambios patológicos que van alterando el funcionamiento de las neuronas. Esto ocurre durante muchos años, pero no dan síntomas, porque el cerebro tiene cierta capacidad para ir compensando estas alteraciones. Sin embargo, llega un momento en que ya no lo puede “ocultar” más, y es cuando empiezan a aparecer los indicios de deterioro cognitivo, normalmente con los problemas de memoria, que terminarán en una demencia.
La pérdida de memoria es un síntoma clave de esta patología. Las primeras señales de que algo no va bien son que la persona tiene dificultad para recordar cosas o conversaciones que han tenido lugar de forma reciente. A medida que la enfermedad avanza, los problemas de memoria empeoran y se desarrollan otros síntomas.
Algunas de las conductas más habituales de la enfermedad de Alzheimer son:
Al igual que con la demencia, no existe una prueba que determine si la persona tiene Alzheimer o no. Sin embargo, sí que existen diferentes evaluaciones médicas que incluyen:
La demencia se utiliza en general cuando se habla de un deterioro de la salud mental, mientras que la enfermedad de Alzheimer es una enfermedad específica del cerebro. La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia y una causa de demencia. Por este motivo, muchas veces es difícil ver una clara distinción entre ambas y muchas personas utilizan los nombres indistintamente cuando hablan de las similitudes y diferencias entre el Alzheimer y la demencia.
Además, tanto la demencia como el Alzheimer se engloban dentro de las denominadas enfermedades neurológicas, por lo que ambas son irreversibles y degenerativas, lo que implica que las funciones orgánicas dañadas o perdidas del paciente no puedan regenerarse.
La diferencia es que, en el caso del Alzheimer, éste degenera hasta provocar la muerte de la persona en la mayoría de los casos, mientras que la demencia no es causa directa de fallecimiento.
Hacer un diagnóstico, tanto de la demencia senil como del Alzhéimer, es complejo ya que los síntomas pueden deberse a diferentes patologías y confundirse con ellos. En estos casos, algunos criterios para observar si se produce esta demencia es la edad, si se producen afecciones como la afasia o deterioro de la memoria.
Aunque no hay una cura como tal, si que existen diferentes tratamientos de tipo paliativo. Actualmente, hay diferentes tipos de medicamentos que ayudan a paliar algunos síntomas, disminuyendo su intensidad y contribuyendo a una mayor calidad de vida de pacientes y familiares. Sin embargo, su efectividad va disminuyendo con la progresión de la enfermedad. Estos son:
Además, existen otro tipo de terapias no farmacológicas como es la estimulación cognitiva, que ayudan a potenciar las capacidades cognitivas que todavía siguen presentes y a compensar las que están afectadas.
Como hemos podido observar a lo largo del artículo, aunque ambos términos estén muy relacionados, no hay que confundirlos. Mientras que el alzheimer es una enfermedad, la demencia es un síndrome que supone el deterioro cognitivo de la persona que lo sufre.
Aunque no existe una cura, si que existen ciertos medicamentos y terapias que pueden ayudar a retrasar el ritmo de la enfermedad.
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