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Cómo comunicarse con una persona mayor con sordera

01/07/2021

Mujer mayor hablando lenguaje de signos con una niña, una forma de comunicarse con personas con sordera

A pesar de los avances tecnológicos y otras herramientas que han facilitado la vida de las personas con problemas auditivos, muchas personas no saben cómo comunicarse con una persona mayor con sordera. De hecho, hay casos en los que la falta de comunicación provoca una situación de discriminación hacia la persona con discapacidad auditiva.

Por este motivo, en este artículo te explicamos cuáles son las formas de entablar una conversación, según el tipo de sordera del paciente, y qué hacer para evitar momentos incómodos o de incomprensión durante la comunicación.

Tipos de sordera

Para empezar, hay que señalar que el sentido del oído depende de la estructura del oído, del nervio auditivo y del área del cerebro encargada de recibir e interpretar los sonidos. Por lo tanto, si uno de estos tres aspectos no funciona correctamente, nuestra capacidad auditiva se va a ver perjudicada.

Concretamente, hablamos de sordera o hipoacusia cuando hay uno o varios problemas en alguno de estos elementos que nos impide escuchar sonidos de forma total o parcial. Asimismo, la discapacidad auditiva puede ser de diferentes tipos, catalogados en función de unos determinados criterios.

Para empezar, la sordera puede dividirse según la parte del oído que haya sufrido la lesión, que puede ser:

  • Oído externo: formado por el pabellón auditivo, es decir, la oreja, y el conducto auditivo externo.
  • Oído medio: donde se encuentran el tímpano, la cadena de huesecillos y la trompa de Eustaquio.
  • Oído interno: compuesto por la cóclea o caracol, el órgano del equilibrio y el nervio auditivo.

Por lo tanto, dependiendo de la zona afectada, podemos sufrir de:

  • Sordera de conducción o transmisión: aquella en la que el problema auditivo se encuentra en el oído externo, oreja y conducto auditivo, impidiendo el paso del sonido al oído interno, tímpano.
  • Sordera de percepción o neurosensorial: ocurre cuando sufrimos una lesión en el oído interno o en el nervio auditivo.
  • Sordera mixta: las alteraciones se producen en las dos áreas.

Otra de las clasificaciones más importantes de la sordera es según su gravedad. En este sentido, la pérdida de audición se mide en decibelios y existen cuatro grados de sordera:

  • Pérdida leve: entre 20 y 40 decibelios, comienza a ser difícil entender bien sonidos bajos o lejanos.
  • Pérdida media: 41 y 70 decibelios, al principio se puede llegar a necesitar el uso de audífonos, porque solo llegamos a entender con claridad los sonidos altos. Conforme nos acercamos más a la pérdida de 70 dB, llegamos a necesitar de la lectura labial cuando mantenemos una conversación y las prótesis auditivas se vuelven imprescindibles.
  • Pérdida severa: entre los 71 y 90 decibelios, cuando solo percibimos ruidos fuertes y cerca del oído.
  • Pérdida profunda: entre los 91 y 100 decibelios, en este grado ya no se distingue el lenguaje e, incluso, con audífonos tendremos una audición deficiente y necesitaremos recurrir a la información visual.

También es posible diferenciar la deficiencia auditiva según el momento en que se produce:

  • Sordera prelocutiva: cuando el problema de audición se da antes de que aprendamos a hablar, es decir, una sordera anterior al desarrollo del lenguaje.
  • Sordera postlocutiva: la pérdida de audición se produce cuando ya hemos adquirido el lenguaje.

Además de estas categorizaciones, existen otras que también definen el tipo de sordera que estamos sufriendo. Por ejemplo, si la falta de oído afecta a ambos lados por igual es una sordera bilateral, si solo afecta a uno es sordera unilateral.

Asimismo, la sordera puede ser súbita, si ha sucedido de manera repentina, o progresiva, si la pérdida de audición va empeorando con el tiempo.

Para establecer una comunicación

Como ya hemos mencionado, la sordera puede ser progresiva. En este caso, hay una serie de síntomas que nos permiten detectar si estamos sufriendo algún problema de audición. Por ejemplo, necesitamos aumentar el volumen de aparatos de sonido, hasta el punto de que otros se quejan, o volver a escuchar frases o palabras porque no las hemos entendido a la primera.

Es común en la tercera edad tener dificultades para seguir conversaciones si nos encontramos en un sitio ruidoso o con mucha gente hablando al mismo tiempo. Si no conseguimos saber cómo comunicarse con una persona mayor con sordera, estas situaciones pueden generar en el adulto problemas de comunicación que conllevan una serie de consecuencias, tanto psicológicas y sociales como físicas, entre ellas:

Todo esto hace necesario conocer unas sencillas pautas que nos permiten hablar con personas con alguna deficiencia auditiva, previniendo cualquier problema de comunicación que altere o afecte negativamente al paciente.

Para ello, el primer paso para establecer una conversación es llamar la atención de la persona con problemas auditivos. Cuando hayamos conseguido que el mayor nos mire a la cara podremos empezar a hablarle.

Si estáis a bastante distancia, puedes hacer movimientos en su campo de visión o golpear fuerte el suelo o suave la mesa para que note las vibraciones.

Joven tocando la mano de una persona mayor con sordera para llamar su atención
Una parte importante de cómo comunicarse con una persona mayor con sordera es llamar su atención tocándole en el brazo, hombro, muslo, pero nunca en la espalda ni en la cabeza.

Durante la conversación con una persona sorda

Una vez hemos conseguido establecer una comunicación, lo siguiente es saber qué debemos hacer para comunicarnos con una persona mayor con sordera de forma efectiva y sin que sea algo frustrante o difícil. Para ello, debemos seguir los siguientes consejos:

  • Hablar siempre de frente: durante la conversación la visión y la apariencia son fundamentales, ya que, aunque el mayor con sordera no conozca la lectura de labios, las expresiones faciales y el lenguaje corporal son muy útiles para reunir más información sobre el diálogo. Por este motivo, siempre que hablemos con una persona con sordera, debemos situarnos de frente y a la misma altura.
  • Respetar los turnos de palabra: si la charla es entre varias personas, debemos asegurarnos de respetar los turnos de palabra y evitar conversaciones en paralelo y que una persona hable por encima de otra. De lo contrario, el mayor con sordera puede tener difícil el participar en el diálogo y, por tanto, terminar agobiándose y otras consecuencias.
  • Tener paciencia: al hablar con una persona con alguna deficiencia auditiva es importante ser comprensivo y tener paciencia. En muchos casos, los pacientes pueden no entender lo que les hemos dicho o preguntado a la primera. Por este motivo, es importante repetir, peguntar si se ha entendido y repetir de nuevo, si es necesario.
  • Reformula la frase: es posible que no valga con repetir lo que hemos dicho para que el mayor nos entienda. En estos casos, es recomendable reformular las frases para hacerlas más cortas y sencillas.

Además de todos estos consejos, es importante hablar con la persona mayor con sordera de forma natural. Es decir, debemos intentar vocalizar bien y evitar tener objetos que nos tapen la boca por si el paciente necesita leer nuestros labios para comprender lo que decimos por completo, pero sin exagerar.

Esto significa que tenemos que utilizar un ritmo tranquilo, ni rápido ni lento, el volumen de nuestra voz debe ser alto, pero sin gritar, y evitar tecnicismos o términos que pueda desconocer. En este sentido, también podemos apoyarnos en gestos, palabras escritas o dibujos para facilitar la comunicación.