
En España, entre el 50% y el 80% de personas mayores de 65 años sufren algún tipo de dolor crónico, según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). A pesar de las dificultades que entrañan los diagnósticos en edades avanzadas, conocer qué causa el dolor muscular en personas mayores es fundamental para pautar un tratamiento —farmacológico o no— que mejore su calidad de vida.
A continuación, te detallamos qué causan los espasmos musculares en ancianos, además de una serie de medidas de prevención y consejos con para reducir este malestar tan común en edades avanzadas.
El dolor muscular —también conocido como «mialgia»— es un problema de salud que casi todas las personas experimentan en algún momento de su vida con menor o mayor intensidad. Este malestar puede ser general o localizado en partes específicas del organismo, dándose en uno o en varios músculos simultáneamente, así como en ligamentos, tendones y tejidos que conectan huesos, músculos y órganos.
Al envejecer, el dolor muscular en personas mayores es más frecuente que en otros grupos de edad, provocando una mayor sensación de rigidez y molestia, donde los músculos se inflaman y debilitan. Muchas personas de avanzada edad suelen sufrir estas molestias al estar asociadas a enfermedades crónicas como, por ejemplo, la artrosis.
Este malestar físico puede adoptar diversas formas, pero los tipos de dolor muscular en personas mayores que suelen darse, en mayor o menor medida, son los siguientes:
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El ejercicio es la principal causa del dolor muscular en personas mayores. Sin embargo, existen otros factores que pueden provocar este malestar en la tercera edad:
Los espasmos musculares (también denominados como calambres o tirones) son repentinos, comunes e involuntarios, y pueden darse en cualquier músculo del cuerpo. Se producen debido al estrés, sufrir una deshidratación o al hacer ejercicio. Los grupos que más los sufren son los atletas, las personas mayores y aquellas con sobrepeso.
No debemos confundir los espasmos musculares en ancianos con la espasticidad muscular. Mientras que los espasmos suelen ser breves, la espasticidad muscular dura más y, por norma general, se produce por una afección neurológica, que puede ser el haber sufrido un ictus recientemente o padecer algún tipo de demencia, como la enfermedad de Alzheimer.
Los trastornos musculares son la primera causa de dolor crónico en España. Los síntomas más frecuentes de dolor muscular en personas mayores son los siguientes:
Los tratamientos farmacológicos para el dolor muscular en personas mayores suelen consistir en antiinflamatorios no esteoroideos, pero siempre dependerán del tipo de dolencia y, en caso de haberla, la fase en que se encuentre la enfermedad crónica que padezca la persona.
En los casos más graves de espasmos musculares en ancianos, pueden aplicarse opioides para calmar el dolor o inyectar ácido hialurónico para reducir la pérdida del cartílago. Si la persona sufre un derrame articular, se tratan con inyecciones de cortisona directamente en la articulación afectada.
A nivel no farmacológico, se acude a la fisioterapia para relajar la tensión y los espasmos musculares en ancianos, aplicando diversas técnicas, que van desde los masajes, las manipulaciones articulares o la estimulación vibratoria. Por otro lado, la terapia cognitivo conductual también se utiliza tanto como recurso aislado o multicomponente para aliviar el dolor físico, pues la ansiedad o la depresión pueden enmascarar el cuadro doloroso.

Existen una serie de recomendaciones que ayudan a prevenir los espasmos musculares en ancianos:
La actividad física en la vejez es uno de los pilares del envejecimiento saludable y del bienestar integral. Sin embargo, existen determinados ejercicios que pueden prevenir dolencias musculares.
Los estiramientos nos ayudan a cuidar de nuestros huesos, músculos y articulaciones, y son especialmente recomendados en edades avanzadas. Un ejemplo de ejercicio beneficioso para evitar tirones y calambres consiste en flexionar las rodillas hacia un lado, mientras los brazos están pegados y estirados al tronco. Después, tendremos que repetir el mismo movimiento hacia el lado opuesto.
Los relojes de teleasistencia no solo garantizan nuestra seguridad tanto dentro como fuera de casa, sino que también incluyen programas con los que ejercitarnos todos los días, y con una gran variedad de entrenamientos, ayudándonos a seguir activos y disfrutar de nuestra independencia.
Mantener una adecuada hidratación es imprescindible para aliviar el dolor muscular en personas mayores. En edades avanzadas, el organismo no identifica tan fácilmente la sensación de tener sed, por lo que se recomienda beber entre 1,5 L y 2 L de agua cada día, evitando cualquier posible deshidratación a la par que cuidamos de huesos, músculos y articulaciones.
A su vez, unos hábitos alimenticios saludables pueden ayudar a prevenir el dolor. Una dieta rica en calcio y vitamina D, que contenga leche, huevos, verduras de hoja oscura, jengibre o salmón fomentará la salud músculo-esquelética. Por el contrario, deberemos evitar el consumo de alimentos procesados, grasas saturadas y aceites vegetales omega-6.
Sentir que nuestros seres queridos nos apoyan es fundamental. Sus cuidadores y familiares deberían conocer qué medicamentos necesitan y qué posibles interacciones y efectos secundarios pueden sufrir.
Además de la ayuda psicológica, existen grupos de apoyo específicos de cada dolencia, donde poder compartir experiencias similares. Son espacios en los que las personas encuentran consuelo y comprensión a niveles que quizá nunca antes habían sentido, al hablar con gente que atraviesan por una experiencia tan similar.
A su vez, fomentar la autonomía es crucial para mejorar la calidad de vida y, a su vez, facilitar el manejo del dolor muscular en personas mayores.
Por norma general, los espasmos musculares en ancianos no suelen ser una causa de preocupación. Sin embargo, si el dolor dura más de dos días, pueden indicar una afección médica subyacente, además de problemas de nutrición, circulación o metabolismo, entre otros.
Si se presentan los siguientes síntomas, acuda al médico lo antes posible:
Por norma general, el dolor muscular en personas mayores suele deberse al desgaste del propio organismo o a la práctica de ejercicio. Sin embargo, en algunos casos, puede esconder una causa neurológica subyacente. Si los espasmos musculares en ancianos duran más de lo habitual, es momento de acudir al médico y conocer a fondo qué los provoca. A través de ejercicio regular, una buena alimentación y apoyo emocional, podremos reducir la intensidad del dolor, prevenir futuros espasmos y mejorar nuestra calidad de vida.
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