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La desorientación en ancianos o delirium puntual

25/05/2022

Hombre mayor que sufre de desorientación andando solo por las calles de su pueblo

A pesar de que la desorientación es un síntoma común de varias enfermedades neurodegenerativas, como la demencia o el alzhéimer, no siempre está relacionada con este tipo de patologías. En este sentido, la desorientación en ancianos puede deberse a otros problemas de salud o una dolencia física puntual.

Por este motivo, en este artículo te mostramos las causas de este tipo de confusión y los factores que pueden agravar esta afección. Asimismo, te explicamos cómo actuar ante un episodio de inestabilidad en personas mayores, ya que la desorientación es una situación de urgencia médica para la que es imprescindible reaccionar adecuadamente.

Cómo se manifiesta la desorientación en personas mayores

También conocida como delirium puntual, la desorientación en ancianos es un tipo de problema cognitivo ocasionado por una situación puntual. Concretamente, estos cuadros de confusión pueden ser un problema agudo y reversible, que puede durar unas horas, días o, en los casos más graves, unos meses.

Asimismo, esta afección se caracteriza por una pérdida momentánea de orientación que puede ser de tres tipos diferentes:

  • Orientación temporal: es la capacidad de procesar información y situarla en un momento concreto, lo que nos permite ubicar el momento apropiado para cada cosa y saber en qué día, mes, año o estación estamos.
  • Orientación espacial: la que nos permite ser conscientes del entorno, es decir, el lugar en el que estamos, vivimos, a dónde vamos, etc.
  • Orientación personal: se caracteriza por englobar toda la información que tenemos sobre nosotros mismos, como nuestro nombre y el de nuestros familiares, edad, lugar de nacimiento, aficiones, gustos, etc.

Generalmente, el delirium puntual comienza manifestándose con fallos, más o menos normales, en la orientación temporal. Conforme avanza el trastorno, se ven afectados los otros aspectos, siguiendo con la orientación espacial y, por último, la personal.

Características frecuentes de la desorientación

Al igual que es importante saber cómo comienza a manifestarse la desorientación en ancianos, también lo es conocer las señales de que una persona mayor sufre este síndrome confusional. De hecho, el delirium puntual es un trastorno que se puede tratar y prevenir, por lo que es clave detectarlo de forma temprana.

En este sentido, estos son algunos de los síntomas más frecuentes de este tipo de afección:

  • Distracción fácil.
  • Conversaciones incoherentes.
  • Mayor hiperactividad.
  • Dificultad para reconocer a personas cercanas.
  • Pensamiento disperso.

Generalmente, los familiares y/o cuidadores son los primeros en detectar los problemas cognitivos en las personas mayores, ya que son los que más tiempo pasan con ellos y conocen mejor su estado mental previo.

También, la desorientación en ancianos está estrechamente relacionada con los trastornos del sueño, como el insomnio o la agitación nocturna. En este sentido, cuando las personas mayores sufren un cuadro de confusión por la noche, su ritmo de sueño se acaba convirtiendo en vigilia, lo que les impide descansar correctamente y puede llevar a consecuencias como alucinaciones visuales, miedo o angustia.

Cómo actuar ante un episodio de desorientación en ancianos

Además de las consecuencias anteriores, la desorientación en la tercera edad puede causar otros problemas más graves para la salud física, mental y emocional, entre ellos:

  • Alteración del lenguaje.
  • Taquicardia.
  • Sudoración.
  • Ansiedad.
  • Mayor o menor actividad de lo habitual.
  • Confusión de eventos pasados con presentes.

Por este motivo, además de un diagnóstico precoz del médico, es fundamental contar con un protocolo de actuación para controlar la situación antes de que se agrave y derive en otros problemas de salud.

En primer lugar, al tratarse de una emergencia médica, lo primero es acudir con urgencia al médico para que un profesional sanitario determine el estado de salud del mayor y cuál es la causa de la desorientación.

Si el mayor está sufriendo un episodio muy fuerte de agitación, debemos actuar de la forma más calmada posible. Asimismo, es importante evitar suministrarle medicamentos para ayudarle a calmarse, como ansiolíticos o somníferos, sin haber consultado antes a su proveedor de salud, ya que pueden agravar su confusión.

Doctora dando indicaciones médicas a una mujer mayor que ha acudido a su consulta tras un episodio de desorientación
Siempre debe ser el profesional médico el que determine el tratamiento adecuado para cada caso de desorientación en ancianos.

Causas de la desorientación en personas mayores

Respecto a por qué las personas mayores pueden sufrir un episodio de desorientación, hay que señalar que se trata de un síndrome plurietiológico. Es decir, se trata de un trastorno que puede desencadenarse por numerosos motivos, como una enfermedad ya existente, alguna alteración puntual o por la interacción de varias causas al mismo tiempo.

Entre los factores que pueden provocar la desorientación en ancianos, destacamos los siguientes:

  • Falta de líquidos en el cuerpo, es decir, deshidratación.
  • Insuficiente nivel en sangre de sodio y potasio.
  • Efectos secundarios de ciertos medicamentos.
  • Patologías neurodegenerativas.
  • Infecciones respiratorias, renales o hepáticas.
  • Trastornos del sueño.

También, hay ciertos factores que aumentan la probabilidad de sufrir un episodio de desorientación, como edad avanzada, hábitos nocivos (consumo excesivo de alcohol o drogas), cirugías o depresión, entre otros.

Qué hacer si la persona mayor recibe el alta médica y sigue confuso en casa

Incluso después de recibir el alta médica, es fundamental que el mayor reciba un seguimiento de su condición y una comunicación constante con su proveedor médico. Si el mayor sigue presentando problemas de desorientación una vez se encuentra en casa, estas son algunas de las acciones que debemos tomar en el ambiente familiar:

  • Conservar los horarios de sueño: respetar las horas de irse a dormir es una pauta de higiene del sueño imprescindible para mejorar el descanso de las personas mayores por las noches, evitando la falta de sueño y previniendo ciertos trastornos.
  • Proponer ejercicios de relajación: la tranquilidad es otro aspecto que se debe cuidar en las personas con síndrome confusional. Por eso, podemos proponerles realizar técnicas de relajación como ejercicios de respiración, masajes, escuchar música, yoga, u otras actividades.
  • Adecuar el espacio: procurar que la habitación sea un espacio tranquilo, es decir, sin demasiado ruido y ni luz, también es un aspecto muy importante para mejorar la calidad de vida de los mayores con desorientación.
  • Fomentar el salir de casa y las relaciones sociales: el aislamiento social puede ser muy perjudicial para las personas con algún problema cognitivo, ya que es frecuente que estos se vean agravados. Por ejemplo, pasear puede motivar a los mayores a salir de casa, más aún si van acompañados, entre muchas otras actividades.
  • Evitar interacciones que aumenten la desorientación: aunque es importante que los ancianos con desorientación no se aíslen, tampoco debemos saturarlos. Es decir, al hablar con ellos, lo mejor es utilizar palabras sencillas y frases cortas, sin darles demasiada información ni hacerles ver su situación de forma demasiado evidente.
  • Mantener las rutinas: a parte de los horarios para dormir, también hay otras rutinas que debemos procurar que el mayor mantenga para no incrementar la sensación de confusión. Asimismo, es recomendable que no se mude de casa, ni que se relacione con varios familiares en un corto periodo de tiempo.

A parte de todas estas medidas, también es muy importante que los mayores con desorientación no se encuentren nunca solos. En este sentido, estar acompañados y permanecer en el mismo lugar evita que su confusión empeore, además de contar con ayuda en caso de emergencia.

Cómo puede ayudar la ayuda domiciliaria en casos de desorientación

El hecho de que un anciano que sufre de desorientación debe estar continuamente acompañado puede acarrear ciertos inconvenientes. En este sentido, hay muchos casos en lo que las personas de la tercera edad viven solas y los familiares no pueden hacerse cargo de sus cuidados o pueden llegar a sufrir el síndrome del cuidador.

Ante estas situaciones, los servicios de ayuda domiciliaria son una de las mejores opciones, ya que permiten a los ancianos permanecer en sus domicilios con seguridad y autonomía.

Entre las diferentes formas de cuidar a personas mayores en casa, la teleasistencia proporciona una atención en remoto permanente y personalizada. De esta forma, además de una gestión inmediata ante cualquier emergencia, también ofrece apoyo psicosocial y muchos otros servicios para adaptarse a las necesidades de cada usuario, por ejemplo:

  • Llamadas de seguimiento periódicas.
  • Recordatorio de citas sanitarias y toma de la medicación.
  • Actividades de ocio y talleres de prevención.
  • Orientación médica, las 24 horas.

Si te interesa contratar la teleasistencia o quieres más información sobre el servicio, puedes contactar o llamar de forma gratuita al 900 835 840.