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Cuando llegamos a la vejez, nuestras capacidades no son las mismas y es muy probable que necesitemos la ayuda de cuidadores para nuestro día a día. Los cuidadores del adulto mayor son una de las figuras más importantes en esta etapa. Sin embargo, no hay un solo tipo de cuidador. Todo dependerá de su relación con la persona mayor y de si son profesionales o no.
En este artículo, te contamos todo acerca de las diferentes clases de cuidadores para personas mayores para que elijas el mejor para tu familiar.
Un cuidador para personas mayores es la persona que asume la responsabilidad total del paciente ayudándole a realizar todas las actividades que no puede llevar a cabo. Generalmente es un miembro del círculo social inmediato como es un hijo, hermano o nieto. Esta clase de cuidador no suele estar formado en el ámbito sanitario y necesitar de manera ocasional la ayuda de un cuidador profesional.
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Existen diferentes tipos de cuidadores para personas mayores. Estos son:
Es aquella persona o personas con una formación adecuada para cuidar al enfermo y que cobran una remuneración por hacerlo. En otras palabras, el cuidador formal es un cuidador experto. Por este motivo, aunque no tenga ninguna relación de parentesco con la persona mayor, es un recurso a tener en cuenta a la hora de atender a un familiar con necesidades.
Normalmente, es aquella persona que forma parte del entorno familiar y colabora en mayor o menor medida en la atención al enfermo. Aunque esta ayuda suele ser de manera ocasional y por motivos concretos.
La asistencia de un cuidador familiar puede abarcar desde llevar a la persona a las citas con el médico, brindar atención en el hogar, realizar tareas domésticas básicas o estar pendiente de esa persona las 24 horas los siete días de la semana.
Los cuidadores personales a domicilio ayudan a las personas discapacitadas y a las personas de la tercera edad en sus actividades diarias en sus hogares. Las responsabilidades en el lugar de trabajo incluyen las tareas del hogar (hacer las camas, hacer la colada, lavar los platos) y preparar las comidas. En resumen, este tipo de cuidador se desplaza a la vivienda de la persona mayor para llevar a cabo una tareas determinadas.
Generalmente estas personas se ofrecen unas horas y proporcionan compañía, o supervisión cuando es necesario y su objetivo es ayudar a los demás. No cobran por sus servicios, es a nivel voluntariado.
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Contar con un cuidador para tu familiar tiene múltiples beneficios tanto para ti como para la persona a la que tienen a su cargo. Algunas de estas ventajas son:
En cuanto a la prestación por cuidado familiar, ésta la recibe la persona dependiente y para ello debe acreditar:
En cuanto a los requisitos para un cuidador, estos dependerán de si es profesional o no.
Es fundamental no olvidar el cuidado de la persona que está al cuidado de la persona mayor. Es un trabajo duro, tanto a nivel físico como mental, y que puede llevar a que el cuidador se olvide por completo de sus necesidades propias. Por este motivo, es primordial:
La labor de los cuidadores para personas mayores es gratificante pero dura. Por eso, es recomendable contar con la ayuda de un cuidador profesional que pueda ayudarte en el cuidado diario de tu familiar. Además, existen otro tipo de ayudas como la teleasistencia, ofrecida por Atenzia, que te permite proteger y cuidar a la persona mayor las 24 horas del día, los 365 días del año.
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