¿Por qué son tan importantes las personas mayores?

Son muchos los estereotipos que existen relacionados con la tercera edad y que conllevan una discriminación hacia las personas mayores, conocida como edadismo. En este sentido, es frecuente tener una mala y errónea visión de la vejez como una etapa de inactividad y deterioro, tanto físico como mental.

Sin embargo, los adultos de edad avanzada tienen un papel fundamental para la familia y para la sociedad que no podemos pasar por alto. Por este motivo, en este artículo te contamos por qué son importantes los ancianos y qué podemos hacer para mejorar su bienestar y calidad de vida.

La importancia del envejecimiento activo

Como hemos mencionado, existen una serie de estereotipos sobre las personas mayores como que son menos productivas, se adaptan peor a los cambios o que el envejecimiento es sinónimo de enfermedad y dependencia, entre otras. Como consecuencia, estos prejuicios suelen repercutir en la propia visión de la vejez de los ancianos, aumentando su inactividad y dependencia.

Aunque es natural experimentar ciertos cambios y dificultades en las últimas etapas de la vida, estos no se presentan por igual en todas las personas mayores. En este sentido, son muchos los factores que influyen en la salud y calidad de vida de los adultos de edad avanzada.

Concretamente, el envejecimiento activo ayuda en gran medida a conservar la independencia y disfrutar plenamente de la vejez. De hecho, el objetivo principal de este proceso es fomentar la participación de las personas mayores en la sociedad, mejorando su calidad de vida y haciendo ver por qué son tan importantes los ancianos, es decir, dándoles el valor que se merecen.

Para ello, el envejecimiento activo se basa en los siguientes cuatro ámbitos o pilares:

• Ejercicio físico.
• Estimulación cognitiva.
• Participación social.
• Alimentación sana y equilibrada.

De esta forma, el envejecimiento activo puede aportar a los mayores beneficios como evitar el sedentarismo, reducir la soledad no deseada y prevenir ciertas afecciones frecuentes en la tercera edad, por ejemplo, depresión, artrosis, trastornos neurológicos o problemas cardiovasculares, entre otras enfermedades crónicas.

Las personas mayores en la sociedad

Como consecuencia de los estereotipos del envejecimiento, las personas mayores pueden sufrir situaciones maltrato, exclusión o discriminación, llegar a sentirse una carga y olvidarse de por qué son importantes para el conjunto de la sociedad. Una serie de circunstancias que aumentan el riesgo de que se aíslen socialmente.

Sin embargo, la realidad es que las personas mayores contribuyen en gran medida al desarrollo social, incluso, tras la jubilación. En este sentido, el fin de la etapa laboral no implica improductividad, sedentarismo o incompetencia.

De hecho, los adultos en la tercera edad pueden seguir aprendiendo, retomar o continuar con sus aficiones y realizar actividades de voluntariado. No obstante, una de las contribuciones más importantes de los ancianos a la sociedad es la transmisión de experiencia.

Con el paso de los años, las personas no solo adquieren conocimientos, también aprenden a afrontar los cambios, actuar ante los desafíos y ser eficientes en cada cosa que hacen. A través de la convivencia entre distintas generaciones, los mayores pueden compartir todas estas experiencias con los más jóvenes. De esta forma, las nuevas generaciones amplían sus conocimientos y las personas de edad avanzada sienten realizadas, lo que aumenta su autoestima y mejora su estado de ánimo.

Es necesario señalar que deben ser las personas mayores las que elijan por sí mismas en qué desean invertir su tiempo y cómo desean formar parte de la sociedad. De esta forma, se sentirán motivados a seguir activos, mejorando su calidad de vida y bienestar.

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Las personas mayores en el ámbito familiar

No solo por su papel en la sociedad, otro motivo de por qué son importantes los ancianos es por ser un pilar esencial para la familia. En este sentido, son varios los papeles que toman las personas mayores en el ámbito familiar, por ejemplo:

• Cuidadores: existe la falsa idea de que son las personas mayores las que reciben los cuidados de sus familiares, pero la realidad es que los ancianos son los que, en mayor medida, se ocupan de atender y cuidar, sobre todo, a sus nietos y a familiares dependientes.
• Educadores: después de vivir tantos años, la sabiduría que los mayores pueden compartir con los más jóvenes tiene un valor incalculable, ya que son los muchos conocimientos y lecciones de vida que nos enseñan, entre muchas otras cosas que podemos aprender de ellos.
• Confidentes: además de para ampliar sus conocimientos, los más jóvenes también recurren a la experiencia de los mayores de la familia para recibir consejos sobre situaciones por las que ellos mismos ya han pasado. De hecho, son muchos los nietos que prefieren acudir a los abuelos con sus dudas antes que a los padres.
• Mediadores: ante cualquier conflicto familiar, los mayores suelen mediar entre las partes para solucionar el problema.

En resumen, los mayores son un gran apoyo para su familia, tanto en el aspecto económico, como psicológico y emocional. Es más, se trata de una ayuda que proporcionan sin pedir nada a cambio, ya que para ellos es suficiente con el cariño y la compañía de sus seres queridos.

¿Cómo cuidar de las personas mayores de la mejor manera?

Como hemos mencionado, el envejecimiento activo puede ayudar en gran medida a las personas mayores a conservar su autonomía el mayor tiempo posible y retrasar el deterioro de ciertas capacidades motrices y cognitivas. No obstante, con el paso de los años es frecuente que los adultos de edad avanzada sufran una serie de afecciones, por las que pueden llegar a necesitar de ayuda para realizar determinadas actividades cotidianas.

Asimismo, más del 80% de los ancianos desea permanecer el mayor tiempo posible en su casa, sobre todo, porque son muchos los beneficios de envejecer en el hogar. De hecho, si una persona mayor padece algún grado de dependencia, ya sea moderada o severa, esto no significa que no pueda seguir viviendo en su domicilio, conservando todo lo posible su autonomía y recibiendo la ayuda que requieran en cada momento.

Por ejemplo, los servicios de teleasistencia han tenido un gran auge en los últimos años, ya que no solo aportan seguridad y compañía a las personas mayores, también ofrecen una atención personalizada con llamadas de seguimiento, recordatorio de citas médicas y toma de la medicación, orientación médica y actividades que fomentan el envejecimiento activo de los usuarios, entre otras posibilidades.

De esta forma, además de recibir ayuda en caso de emergencia, fuera o dentro del domicilio, las personas mayores pueden disfrutar de la vejez con calidad de vida, manteniendo su independencia y participando activamente en la sociedad, una de las razones de por qué son importantes los ancianos que ya hemos explicado.

Igualmente, aunque un estilo de vida y hábitos saludables pueden mejorar en gran medida el bienestar en la tercera edad, hay una serie de medidas que podemos realizar para mejorar la vida de las personas mayores y que, también, debemos tener en cuenta, entre ellas:

• Adaptar su vivienda para evitar accidentes domésticos.
• Crear una rutina de higiene.
• Conservar los horarios para comer, dormir y salir a pasear.
• Procurar que tome su medicación.
• Ayudarle a seguir unos hábitos saludables.
• Eliminar nuestros prejuicios hacia las personas mayores.
• Fomentar que se relacione socialmente.

Respecto al último punto, a parte de la compañía y el afecto de la familia, los mayores pueden disfrutar de pasar tiempo con otras personas realizando actividades socioculturales que, además, les aportan numerosos beneficios para su salud física, mental y emocional.