Por qué se me olvidan nombres y palabras

¿Sientes que con frecuencia escarbas más de la cuenta en tu mente hasta que encuentras la palabra adecuada, y que cuando estás a punto de decirla no te sale? Si últimamente la pregunta «¿por qué se me olvidan nombres y palabras?» ronda por tu cabeza con más frecuencia de lo habitual, te detallamos a continuación qué significa este fenómeno con nombre propio. 

¿Qué significa olvidar nombres y palabras?

La sensación de tener en la punta de la lengua una palabra es un fenómeno que vive gran parte de la población, sin importar cuál sea su edad. De hecho, es tan común tener la certeza absoluta de conocer esa palabra y que en ese momento seamos incapaces de pronunciarla que se conoce, valga la redundancia, como el «fenómeno de la punta de la lengua» (PDL). 

Este suceso tiene nombre propio: «Letológica». El filósofo Carl Jung acuñó este término al fusionar las palabras griegas «lethos» (olvido) y «logos» (lengua). En realidad, este fenómeno tiene que ver más con nuestro cerebro que con el léxico adquirido, siendo esta incapacidad momentánea un fallo de activación fonológica después de que nuestro cerebro haya activado la memoria semántica. 

En la mayoría de casos, solo es una molestia, pues tarde o temprano acabamos recordando el nombre o evento que nos costaba recordar. Sin embargo, si sufrimos letológica con tanta frecuencia que nos hace cuestionarnos por qué se me olvidan nombres y palabras, podría indicar un problema más profundo que no debería pasar inadvertido. 

Diferencia entre olvido y pérdida de memoria

Para empezar a resolver dudas sobre por qué se me olvidan nombres y palabras, debemos matizar qué diferencia una pérdida de memoria de un olvido usual. El olvido es habitual en cualquier edad. Puede formar parte del proceso normal de hacerse mayor y de cualquiera del resto de tipos de envejecimiento que puede experimentar una persona. 

Olvidar en sí es beneficioso, pues es una función necesaria que permite reorganizar los datos o patrones de actividad que almacena nuestro cerebro, para después rescatarlos en el momento en el que lo necesitemos. De hecho, el olvido también forma parte del aprendizaje, además de ayudarnos en nuestro bienestar mental, pues la capacidad de olvidar malas experiencias es fundamental para seguir adelante. 

Las pérdidas de memoria son habituales en edades avanzadas, siempre y cuando no generen trastornos importantes en la vida diaria. Muchas personas suelen confundir un despiste ocasional con pérdidas de memoria, propias de estos momentos «punta de la lengua», donde se me olvidan nombres y palabras por un momento. Sin embargo, si las pérdidas de memoria se dan con frecuencia y tu entorno está más preocupado por tu bienestar, se debe acudir al médico lo antes posible para que determine qué causa estos fallos. 

Subscríbete a nuestra newletter

Conoce todas la novedades de nuestro blog de Teleasistencia y recibe información de interés sobre alimentación, salud, ocio y cuidados

Acepto la política de privacidad

SUSCRIBIRME

Factores que afectan la memoria

Aunque el envejecimiento es a lo que más asociamos las pérdidas de memoria, padecer situaciones prolongadas de estrés o ansiedad también afectan a su habitual funcionamiento, por lo que es normal mostrar preocupación al sentir que se me olvidan nombres o palabras. 

A su vez, existen una serie de factores que pueden alterar el buen rendimiento de nuestra memoria y que podrían resolver el posible origen de por qué se me olvidan nombres y palabras: 

• Dietas poco saludables. 
• Desajustes del sueño, ya sea por exceso o por falta del mismo. 
• Consumo regular de tabaco y alcohol. 
• Depresión. 
• Déficit de vitamina B12.
• Hipotiroidismo. 
• Algunos medicamentos (como ansiolíticos, anticonvulsivos o tricíclicos). 

Cambios normales en la memoria

Es normal olvidarse de algunas cosas de vez en cuando, especialmente si atravesamos por problemas emocionales que dificultan nuestra retentiva. Estas alteraciones pueden provocar sentir que más a menudo se me olvidan nombres y palabras. Además, el envejecimiento provoca que nuestro cerebro sea más lento, por lo que procesaremos a menor velocidad cualquier información que recibamos. 

Olvidos comunes podrían ser el ya mencionado fenómeno de la «punta de la lengua», no acordarnos de dónde hemos dejado las llaves u olvidar algunas cosas que queríamos añadir a nuestra cesta de la compra. Este tipo de olvidos son habituales y propios de la edad, no se acompañan de problemas de atención o de fallos en otras actividades mentales complejas, ni dificultan el funcionamiento regular de la vida ni a nuestra independencia. 

Diferencia entre olvidos comunes y señales de alerta

A la hora de esclarecer dudas si alguna vez te has preguntado por qué se me olvidan nombres y palabras, existen algunas diferencias entre olvidos comunes —que se acentúan al alcanzar edades avanzadas— y las señales de alerta que no podemos desatender. 

Sin embargo, existen numerosas señales de alerta que, si aparecen y dificultan a tu capacidad para realizar tareas cotidianas, deberías acudir lo antes posible a un profesional para que determine la causa, pues podrían esconder una enfermedad neurodegenerativa: 

• Dificultad para recordar información reciente. Por ejemplo, dudar de qué ha comido, olvidar fechas relevantes o confusiones frecuentes con el día de la semana, el mes o el año actual. 
  
• Repetición en bucle de las mismas cosas.
• Problemas para seguir instrucciones o planificar actividades cotidianas como cocinar, hacer la compra o tomar la medicación correctamente. 
• Episodios de desorientación en la calle. 
• Dificultades para seguir una conversación. 
• Pérdida de objetos personales o dinero. 
• Cambios de humor repentinos. 

Alzhéimer: una causa de olvido

El alzhéimer es la causa más frecuente de demencia y en España, según la Sociedad Española de Neurología (SEN), hay más de 800.000 personas que padecen esta neuropatología. Es una enfermedad que se caracteriza principalmente por la pérdida de memoria, pero presenta otra serie de síntomas, tanto de tipo cognitivo como relacionados con la alteración en la conducta y el comportamiento del paciente. 

Identificación y síntomas

Un diagnóstico precoz tras reconocer los síntomas del alzhéimer mejora su tratamiento y la calidad de vida de la persona que lo padece. Reconocer estos síntomas y comprender la evolución de esta patología permite un mayor tiempo de reacción tanto a la persona afectada como a su familia. A día de hoy aún se desconocen las causas exactas por las que se desencadena, siendo además una de las enfermedades más comunes en la tercera edad. 

Estos son algunos de los síntomas cognitivos y conductuales que pueden experimentar los pacientes de alzhéimer, además de la característica pérdida de memoria: 

• Trastornos del lenguaje. 
• Dificultad para reconocer a familiares y/u objetos. 
• Dificultad en la ejecución de acciones cotidianas. 
• Episodios de agitación. 
• Ansiedad, depresión, apatía. 
• Delirios y/o alucinaciones. 
• Trastornos del sueño. 

Anomia: la dificultad para recordar palabras

La anomia o afasia anómica es el trastorno caracterizado por la dificultad para recuperar las palabras al hablar, especialmente los nombres de personas, objetos o lugares que conocemos de sobra. Esta afección podría resolver incógnitas ante por qué se me olvidan nombres y palabras. Este tipo de afasia suele ir de la mano con el proceso normal de envejecimiento, sufrir lesiones cerebrales o el padecimiento de enfermedades neurodegenerativas, como el ya mencionado alzhéimer o la demencia vascular. 

Una vez identificada la anomia, la mayoría de personas que la sufren se benefician enormemente tras someterse a tratamiento, indicando que a la mayoría se le ve afectadas las etapas posteriores del habla y los aspectos motores. En cambio, si somos incapaces de describir o imitar el uso de objetos y las señales tampoco ayudan, puede indicar una pérdida real de conocimiento o significado de las palabras. 

Para tratarla, los logopedas emplean un enfoque multidisciplinar, aunque centrado en la rehabilitación del lenguaje. La elección del tratamiento adecuado dependerá de qué causa el trastorno y qué síntomas presenta el paciente, pero suele darse a través de terapia del lenguaje, terapia ocupacional —en caso de demencia—, o intervención psicológica. 

Estrategias para mejorar la memoria

Si uno se ha preguntado a sí mismo por qué se me olvidan nombres y palabras, seguro que acto seguido también te has cuestionado si existen técnicas con las que ejercitar la memoria o incluso si existen talleres para personas mayores que puedan ayudarnos con nuestra salud cognitiva. 

Hay tareas cotidianas y hábitos que pueden ayudarnos a manejar estos cambios en la memoria. Estas son: 

• Aprender cosas nuevas. Cualquier reto mental que nos fijemos estimulará nuestro cerebro. 
• Hacer tareas artísticas, como escribir o dibujar. Desarrollar la creatividad ya no sólo mantiene en forma nuestro cerebro, sino que también nos puede ayudar a eliminar el estrés que sintamos. 
• Planificar tareas, hacer listas de las cosas que tenemos que hacer, usar calendarios y/o notas. 
• Dormir lo suficiente, por norma general, entre siete u ocho horas diarias. 
• Evitar el consumo de bebidas alcohólicas. 

Los talleres de estimulación de la memoria son un entrenamiento mental completo que nos ayudan a fortalecer e incluso mejorar nuestras habilidades, y que además favorecen la socialización en esta etapa vital. Su objetivo principal es reforzar sus capacidades a través de ejercicios cognitivos para adultos, entre los que se encuentran la lectura, la descripción de imágenes o los juegos de mesa. 

Como alternativa, en caso de que la persona no pueda acudir de forma presencial por los motivos que sea, la tecnología brinda soluciones innovadoras a través de la estimulación cognitiva online. Es el caso del plan de telerehabilitación Activa-Mente, un programa tutorizado de estimulación cognitiva en el que un equipo profesional de psicólogas/os valora el estado de la persona usuaria y, a partir de ahí, sugieren la realización de una serie de ejercicios que potencian las áreas cerebrales que más ayuden a la persona. 

Si necesitas más información acerca de este servicio, puedes llamar al teléfono gratuito 900 123 700, enviar un correo electrónico a info@atenzia.com o acudir a cualquiera de nuestras oficinas. ¡Resolveremos encantados todas tus dudas!

Cuándo buscar ayuda profesional

Si ha aumentado la frecuencia en la que la pregunta «¿por qué se me olvidan nombres y palabras?» aterriza en tu cabeza, tienes problemas para realizar tareas del día a día, o sientes confusión y/o desorientación con frecuencia, es el momento de consultar con profesionales. El médico examinará tu caso y valorará si se trata de un trastorno cognitivo y del grado que este presente. En caso afirmativo, pautará un tratamiento a seguir, siendo el más adecuado para cada situación. 

Conclusión

Es más que comprensible sentir preocupación ante el hecho de sentir que se me olvidan nombres y palabras, sobre todo si notamos que ocurre con más frecuencia de la que nos gustaría. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, dentro del envejecimiento natural, es frecuente que la memoria se vea algo mermada ante el inevitable paso del tiempo. En caso de sufrir lapsus o pérdidas de memoria que le resulten preocupantes a usted o a su entorno, debe acudir al médico lo antes posible y que determine una posible causa.