Estimula tu mente en compañía: actividades cognitivas para adultos mayores

En España, las previsiones demográficas y el aumento de la esperanza de vida han traído consigo un creciente interés por mantener un cerebro ágil durante la vejez. En este contexto, las actividades cognitivas para adultos mayores son una herramienta indispensable para cuidar de funciones como la memoria, el lenguaje o la atención, además de ayudar a prevenir la demencia y el deterioro cognitivo. 

Sin embargo, no se trata de hacer ejercicios como si volviésemos al colegio. Te contamos cómo la implicación de familiares y cuidadores marca la diferencia al ayudar a crear una rutina realista además de ser un incalculable apoyo emocional. 

¿Qué son las actividades cognitivas para adultos mayores?

Son el amplio abanico de ejercicios que ayudan al mantenimiento y/o mejora de capacidades cognitivas, como la memoria, la atención, la concentración, el lenguaje o la resolución de problemas cotidianos. Los ejercicios cognitivos para adultos mayores están diseñadas para reforzar el rendimiento de diversas áreas cerebrales, siempre adaptadas a las necesidades y habilidades de la persona. 

Es importante diferenciarlas de los ejercicios de rehabilitación cognitiva, ideados para recuperar las capacidades mentales de las personas que padecen algún trastorno neurológico. En concreto, estas terapias dependerán de la enfermedad y fase de deterioro que sufra el paciente, por lo que deben ser pautadas por un profesional sanitario que, tras un diagnóstico, determine cuáles son las más adecuadas para su condición. 

Beneficios neurológicos y emocionales

Disfrutar de un envejecimiento activo y saludable ralentiza el deterioro cognitivo. Gracias a la estimulación cognitiva, las personas mayores mejoran y preservan su salud mental y emocional, además de su autonomía física. 

Estos ejercicios pueden hacerlos personas de cualquier edad, por lo que también resultan beneficiosas para aquellas que padecen enfermedades neurológicas, ideadas especialmente para mejorar su calidad de vida. 

Los principales beneficios de las actividades cognitivas para adultos mayores son:

• Prevención de enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer o el párkinson. 
• Mejora del estado anímico y la autoestima. 
• Disminución de afecciones emocionales, como la ansiedad, depresión o estrés. 
• Menor probabilidad de sufrir soledad no deseada. 

Tipos de funciones cognitivas que se estimulan

Cada tarea que realizamos —por simple que parezca— activa nuestras funciones cerebrales. Esto implica millones de conexiones neuronales trabajando a la vez, repartidas por los diferentes lóbulos y áreas del cerebro. Desde procesar la información que percibimos a través de los sentidos, planificar un itinerario o tomar una decisión, el cerebro coordina todo en milésimas de segundo.  

A través de las actividades cognitivas para adultos mayores se entrenan diversas e importantes funciones, como: 

• Atención. 
• Memoria. 
• Orientación. 
• Gnosias (capacidad para reconocer información previamente aprendida). 
• Praxias (habilidades motoras adquiridas). 
• Funciones ejecutivas. 
• Cognición social. 
• Habilidades visoespaciales.

Cómo influyen en la calidad de vida

La estimulación cognitiva es uno de los pilares clave para lograr un envejecimiento saludable y calidad de vida. Ser conscientes de cuán importantes son las actividades cognitivas para adultos mayores (y para cualquier otro grupo etario) y realizarlas con regularidad ayudará a conservar la autonomía e independencia, además de mejorar la autoestima. 

A su vez, se ha demostrado que mantener el cerebro en forma ralentiza el deterioro cognitivo y a reducir la gravedad de los déficits asociados a enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson. 

El papel los cuidadores en la estimulación cognitiva

Aunque el trabajo diario y el empeño que ponga la persona son fundamentales a la hora de realizar actividades cognitivas para adultos mayores, también es muy importante el acompañamiento. La implicación de familiares y cuidadores ayuda a crear un entorno positivo, favorece la constancia y detecta señales de frustración o desmotivación. 

Adaptar actividades al nivel cognitivo de cada persona

Si vamos a empezar con nuestra rutina entrenamiento de las distintas áreas cerebrales, es muy importante que como cuidadores facilitemos y hagamos más sencillos los ejercicios (siempre que sea necesario) para un desarrollo satisfactorio de la tarea. Si la persona sólo busca mantener su mente activa, se puede elevar la dificultad de los ejercicios de memoria o resolución de problemas. 

En casos de deterioro leve o moderado, debemos adaptar las actividades, ya sea empleando apoyos familiares, simplificando las instrucciones o trabajar con rutinas familiares que hagan más fácil la comprensión. Lo más importante está en que el entrenamiento sea alcanzable y significativo, respetando los ritmos de cada persona. 

Observar señales de motivación, cansancio o frustración

Como familiares y/o cuidadores, debemos estar atentos ante posibles señales de motivación o fatiga que puedan darse con la realización de estos ejercicios. Está claro que las señales positivas son fácilmente identificables: motivación, iniciativa y satisfacción, mientras que también pueden mostrar señales de cansancio o frustración, como: problemas de concentración, disminución del interés, fatiga física o mental, sentimientos de inutilidad o irritabilidad. 

Ante esto, es importante escuchar de forma activa a la persona, notar qué actividades pueden resultarle más difíciles y sustituirlas por otras más sencillas, además de darle descansos y ánimos si en la jornada de hoy no se ha podido realizar con éxito el entrenamiento mental. 

Acompañar sin dirigir: fomentar la participación activa

Durante la realización de actividades cognitivas para adultos mayores, se ha de ayudar a resolver con éxito el ejercicio siempre que la persona se sienta atascada. Por ejemplo, si está resolviendo un problema matemático, puedes darle pequeñas pistas. 

Por otro lado, no se debe dar importancia a los errores que cometa, pues la persona puede sentirse cuestionada y presionada, lo que podría generar cierto rechazo a la hora de seguir una rutina de ejercicios beneficiosos para la memoria. 

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Actividades cognitivas para adultos mayores ideales en compañía

No son pocas las propuestas para ejercitar la mente que pueden compartirse, ya sea con un familiar, un cuidador o con nuestras amistades. En compañía, no solo se estimulan múltiples áreas cognitivas, sino también se refuerzan los vínculos sociales, la motivación y la diversión, potenciando enormemente los beneficios de estas actividades. Te contamos algunos ejemplos: 

Conversaciones con propósito: biografía, recuerdos y sentido

Las conversaciones son una forma estupenda de estimular la memoria y la concentración. En lugar de formular preguntas directas que puedan poner en evidencia sus dificultades, se integran de forma natural como, por ejemplo, al mencionar el día de la semana mientras preparamos la comida o recordar anécdotas familiares durante un paseo, de esta forma se trabaja la orientación temporal y personal sin presiones. 

Charlar sobre recuerdos, intereses personales o anécdotas felices favorece la memoria autobiográfica. Los álbumes de fotos, cajitas de recuerdos, libros, películas u otros objetivos significativos ayudarán también a estimular la memoria, el lenguaje y la orientación temporal. 

Juegos de mesa: diversión y estimulación

A raíz de la pandemia, los juegos de mesa están experimentando una etapa dorada, tanto por su creciente interés como por la gran variedad de propuestas que se han lanzado desde entonces. Además de ser una fuente de diversión, fomentan las relaciones sociales y estimulan nuestro cerebro sin que la actividad se perciba como un ejercicio estructurado. 

Los juegos de mesa para mayores ayudan a estimular la atención, la memoria, el lenguaje o las funciones ejecutivas, como la planificación y el razonamiento, entre otras. Estas actividades nos obligan a estar concentrados, favoreciendo el desarrollo y mantenimiento de la cognición. A su vez, reducen el estrés y la sensación de aislamiento social, aportándonos múltiples beneficios a la salud. 

Integrar lo cotidiano: estimulación en tareas del hogar, cocina o paseos

Las actividades del día a día también pueden ser ejercicios de estimulación si sabemos integrarlos con naturalidad en nuestra rutina. En casos de deterioro cognitivo leve, si la persona aún puede hacer la cama o salir a comprar el pan sin problema, es importarte animarle a que siga haciéndolo. 

En casos de deterioro más avanzado, los cuidadores deben adaptar el entorno y proponer tareas más simples, como emparejar calcetines, doblar ropa o practicar jardinería terapéutica, manteniendo a la persona activa sin necesidad de que sufra ningún tipo de riesgo. Estas actividades cognitivas para adultos mayores, como la cocina o los paseos por el barrio, son discretas pero constantes, haciendo de lo cotidiano una forma accesible y significativa de velar por nuestra salud cerebral. 

Música como motor de la estimulación

La música agudiza los sentidos, activa funciones neuronales —como la memoria o la concentración—, reduce el estrés y aumenta la liberación de dopamina, la hormona comúnmente asociada a la felicidad, pero que también desempeña un papel fundamental a la hora de aprender, movernos, recordar y prestar atención.

Escuchar música, participar en juegos de mesa donde este arte es clave o tocar un instrumento son actividades cognitivas para adultos mayores que pueden ayudar a mejorar o recuperar algunas de las funciones cerebrales disminuidas o deterioradas. A su vez, la música también suele emplearse en técnicas de neurorrehabilitación, como la reminiscencia, terapia que apela directamente a los recuerdos y sensaciones que las canciones pueden evocar en las personas. 

Cómo crear una rutina cognitiva en casa

Establecer una rutina para entrenar la mente requiere de una buena dosis de constancia, observación y empatía. Fijarnos un plan diario o semanal (en función de las necesidades de cada persona) de actividades cognitivas para adultos mayores puede marcar la diferencia entre una simple ocupación del tiempo y una verdadera estimulación mental. Encontrar el equilibrio es lo principal: actividades variadas y centradas en los gustos de la persona, momentos de descanso y un ambiente libre de presiones. 

Frecuencia y duración recomendada de las actividades cognitivas

Se aconseja dedicar entre 30 y 40 minutos diarios a actividades cognitivas para adultos mayores, ya sea en una única sesión o repartidas entre mañana y tarde. Este tiempo es suficiente para estimular la atención o la memoria sin causar fatiga o frustración. Lo idóneo es que sean sesiones breves, adaptadas al estado de ánimo y energía de la persona.

Incorporar variedad: lenguaje, memoria, lógica y atención

Es importante también diferenciar entre ejercicios de estimulación y de rehabilitación cognitiva. Las actividades de estimulación cognitiva están enfocadas en mantener la mente activa y entrenar estos procesos cerebrales, mientras que los ejercicios de rehabilitación buscan la recuperación de las capacidades mentales de aquellas personas que padecen algún trastorno neurológico.

Los cuidadores y familiares, al conocer más de cerca los gustos, preferencias y capacidades de la persona, pueden proponer ejercicios más significativos y personalizados. A su vez, conocer o identificar qué habilidades se conservan relativamente bien o cuáles se desea entrenar permite enfocar las actividades en ellas y usar apoyos —como notas o recordatorios— para compensar otras áreas más afectadas. 

Se recomienda empezar con tareas sencillas e ir aumentando la complejidad según la respuesta y/o necesidades de la persona. Para activar el lenguaje, podemos hacer juegos de palabras; para la memoria, evocaremos una historia; para la atención, se pueden clasificar por parejas las cartas de una baraja francesa o española, y para estimular la lógica, completaremos un sudoku o resolveremos acertijos. 

Mantener la motivación: refuerza sin infantilizar

La motivación es un pilar clave en nuestra rutina de actividades cognitivas para adultos mayores, pero ¿cómo lograr que ésta perdure? Es importante tener siempre en mente que no debemos resolver cada dificultad, sino acompañar con propósito: ofreciendo pistas, dividiendo las tareas en pasos y, en definitiva, intervenir sólo cuando sea estrictamente necesario, reconociendo siempre su dignidad y capacidad. 

De esta forma, reforzaremos su autoestima y no caeremos en tópicos edadistas, como la sobreprotección. Vincular las actividades con intereses personales o historias de su vida hará mucho más llevadero el entrenamiento: tareas relacionadas con sus aficiones, profesiones o temas de interés serán mucho mejor recibidas que aquellas con las que no conecten o les resulten ajenas. 

Recursos prácticos para cuidadores que quieren estimular la mente de los mayores

Tras adentrarnos en materia y saber para qué sirven las actividades cognitivas para personas mayores y cómo aplicarlas, ahora debemos conocer qué recursos existen y cuáles son los adecuados para cada caso, marcando la diferencia entre la frustración y la motivación.

Materiales gratuitos y actividades disponibles 

¿No sabes de dónde sacar estos ejercicios? Son muchos los sitios webs que ofrecen cuadernillos que previenen el deterioro cognitivo en adultos mayores, recopilando una gran variedad de ejercicios para estimular los distintos procesos cerebrales, como es el caso del cuaderno de ejercicios que facilita el Ayuntamiento de Madrid. 

A su vez, existen multitud de talleres para personas mayores que ofrecen entrenamiento cognitivo, a cargo de los consistorios, donde también se fomentan las relaciones sociales. Si eres persona usuaria de teleasistencia o si lo es tu familiar, puede acudir de forma gratuita a los talleres que ofrecemos en Atenzia a través de distintos ayuntamientos repartidos por todo el país. 

Aplicaciones y tecnología sencilla para estimular la mente

Con la creciente preocupación por tener una mente sana y activa, se han desarrollado multitud de aplicaciones web e innovaciones tecnológicas que ayudan a realizar actividades cognitivas para adultos mayores de mantenimiento o rehabilitación. 

Es el caso de Activa-Mente, un plan de estimulación cognitiva online monitorizado por un equipo de profesionales que evalúa de forma individual cada caso y orienta a la persona para que realice los ejercicios que más le beneficiarán. Para más información, llámanos al teléfono gratuito 900 123 700 o escríbenos a [email protected]. ¡Te atenderemos encantados!

Cuándo y cómo buscar apoyo profesional

En algunos casos, a pesar de mantener una rutina cognitiva en casa, puede ser necesario buscar apoyo profesional si se observan signos de deterioro cognitivo, como pérdidas de memoria significativas, cambios repentinos de humor o dificultades para realizar actividades cotidianas. 

Un diagnóstico precoz de una enfermedad neurodegenerativa puede ayudar a establecer un plan de intervención adecuado, especialmente en un contexto en el que cada año, en España, se diagnostican más de 40.000 casos de Alzheimer, según la Sociedad Española de Neurología (SEN). 

Un terapeuta ocupacional o un neuropsicólogo especializado puede ser de gran ayuda en los tratamientos no farmacológicos, entre los que se encuentran las actividades cognitivas para adultos mayores, al proporcionar estrategias personalizadas que complementen a estos ejercicios, promoviendo una estimulación adecuada y efectiva tanto en la consulta como en el hogar.