Soledad no deseada en personas mayores: ¿cómo ayudar a una persona que se siente sola?
La amplia mayoría —un 98,8%— de la sociedad española considera que cualquier persona es vulnerable a la soledad, según el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES). Asimismo, casi la mitad (49,5%) de las personas que se sienten solas no se encuentran cómodas hablando sobre su experiencia con la soledad, y mucho menos se ven pidiendo ayuda para cambiar esta situación.
La soledad no deseada en personas mayores es una realidad muy presente, sobre todo por la enorme cantidad de cambios que se producen durante esta etapa vital. A continuación, te explicamos los tipos de soledad en la vejez, cómo afecta a la población más mayor y qué podemos cómo podemos ayudar a una persona que se siente sola.
Tipos de soledad en la vejez
Las personas no experimentan soledad de la misma forma, por lo que pueden manifestarse por diversos factores tanto internos como externos, que escapan a su control. Entre los tipos de soledad en la vejez más frecuentes, se dan:
Soledad voluntaria. Este tipo de soledad se define como «solitud», y es aquella que escogemos y no nos genera sentimientos negativos. Se trata de momentos en los que nos sentimos en paz con nosotros mismos y favorece nuestro desarrollo personal.
Soledad no deseada. Esta manifestación de la soledad es una situación impuesta, pues la persona sufre por la carencia o ausencia de relaciones sociales y la privación de compañía. Las personas experimentan malestar emocional ante esta situación, demás de sentir insatisfacción, rechazo e incomprensión.
Soledad contextual. Esta forma suele aparecer en situaciones concretas (como, por ejemplo, involucrarse en espacios donde no tenemos ninguna conexión emocional), por lo que es predecible saber cuándo comienza y termina el malestar. Sin embargo, cuando no estamos en ese contexto (por ejemplo, con nuestros amigos o familia), desaparece esa sensación y sentimos cercanía y complicidad.
Soledad crónica. Dentro de los tipos de soledad en la vejez, esta forma se perpetúa con el tiempo y se mantiene en distintos ámbitos de la vida de una persona. No significa que no vaya a desaparecer nunca, pues en las condiciones adecuadas, se debilita hasta mitigarse, pero se enquista en el individuo más profundamente que otros tipos de soledades que dependen más de las circunstancias.
Diferencia entre soledad no deseada y aislamiento social
La soledad no deseada en personas mayores y el aislamiento social, aunque no sean lo mismo, guardan una estrecha relación. Asimismo, este grupo de población corre un mayor riesgo a sufrir ambas situaciones debido a cambios en la salud y pérdida de conexiones, entre otros factores.
Este tipo de soledad en la vejez parte de un sentimiento subjetivo, donde la persona siente angustia por estar sola o aislada del resto. Por otro lado, el aislamiento social es una falta objetiva de contactos sociales con las que interactuar con regularidad.
Causas del aislamiento social en la tercera edad
La soledad no deseada y el aislamiento social puede agudizarse a partir de los 60 años debido a que, en esta etapa, suelen producirse una serie de cambios que pueden aumentar esta sensación:
Relaciones familiares frágiles. No todas las familias tienen un vínculo inquebrantable, por lo que la soledad no deseada en personas mayores puede aumentar si no guarda buena relación con los miembros de su familia.
Síndrome del nido vacío. Que nuestros hijos se vayan de casa es un momento tan esperado como temido para algunas personas. Este cambio significativo en la rutina provoca que la sensación de soledad sea más tangible y, en algunas personas, puede provocar ansiedad o depresión.
Pérdida de seres queridos. El fallecimiento de familiares o amistades son cambios irreparables que suelen darse en esta etapa, y experimentar un duelo en la vejez puede desembocar en aislamiento social si su red de contactos no es muy estables.
Deterioro de la salud. Al alcanzar ciertas edades, pueden presentarse algunas de las patologías más comunes en la tercera edad o aparecen problemas de movilidad. Convivir con una enfermedad o ver cómo no podemos seguir el mismo ritmo no es sencillo, y mentalizarse de esta nueva situación suele afectar al ánimo de las personas y/o aislarse ante estas circunstancias con las que tienen que aprender a vivir.
Jubilación. Algunas personas sienten que abandonar el mercado laboral abre un escenario en el que tener tanto tiempo libre puede ser abrumador, sobre todo si no sabemos en qué ocupar nuestro tiempo.
Falta de intereses. No todas las personas sienten una inquietud y curiosidad irrefrenables por el mundo que les rodea desde siempre o, en muchos casos, la falta de tiempo libre no les ha permitido cultivar intereses con los que conectar de forma profunda. Sin embargo, la tercera edad es un tiempo perfecto para descubrir terrenos inexplorados y encontrar aficiones donde menos lo esperábamos.
Prejuicios. Aunque todo el mundo está destinado a envejecer, nuestra sociedad rechaza los efectos que deja en nosotros el paso del tiempo, además de no naturalizar espacios intergeneracionales. Esta forma de encasillar las relaciones perpetran la soledad en todos los grupos de edad, dificultando el aprendizaje mutuo.
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Efectos de la soledad no deseada en personas mayores
Si cualquiera de los tipos de soledad en la vejez —a excepción de la voluntaria— se prolonga durante mucho tiempo, puede provocar una serie de efectos negativos en las personas, como:
De hecho, la soledad no deseada en personas mayores hace que sean más propensas a sufrir un accidente doméstico, sintiendo un estrés adicional al no tener a quién llamar o alguien que se percate de la emergencia y que reciban asistencia a tiempo.
En estos casos, la teleasistencia avanzada incorpora en sus dispositivos de última generación un detector de caídas que, ante una anomalía, alertan al instante al Centro de Atención para comprobar el estado de la persona y movilizan los recursos necesarios en caso de emergencia a la mayor brevedad posible.
¿Cómo ayudo a una persona mayor a sentirse menos sola?
Según la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas, 192.000 adultos mayores de 70 años que viven solas declaran no tener a nadie con quien hablar de sus problemas cotidianos y sentimientos, acrecentando la sensación de soledad no deseada en las personas mayores.
Unas relaciones sociales estables y sanas son un factor indispensable en el cuidado de cualquier persona y asegurar su bienestar y calidad de vida. Demostrar que no están solos, escucharles sin juicios de por medio, dejar que se expresen y se desahoguen propicia la conexión y el alivio emocional, especialmente si la persona no acostumbra a encontrar un entorno seguro y confortable donde conversar.
A su vez, sentir que su familia y amistades le animan a mantener una alimentación saludable, hacer ejercicio diario o crear nuevos vínculos con otras personas mayores hará que la persona se sienta percibida y apreciada. A su vez, mantente alerta para saber qué necesita y que no se sienta solo.
Los talleres de los centros cívicos son el caldo de cultivo perfecto para combatir la soledad no deseada en personas mayores.
Estrategias para paliar el aislamiento social en la vejez
Talleres y cursos para personas mayores. Seguir estudiando a edades avanzadas o apuntarse a un taller municipal resulta muy beneficio en múltiples aspectos: mejora la autoestima, desarrolla la creatividad, estimula nuestra mente, nos ayuda a cuidar de nuestro tiempo. A su vez, son un espacio ideal donde surgen amistades que, en otras circunstancias, no habríamos conocido.
Asociaciones, viajes y excursiones. Existen muchas entidades y organismos públicos, como apuntarse al Imserso, o privados que ofrecen actividades de ocio a la tercera edad. Son oportunidades perfectas para disfrutar de viajes que siempre hemos querido hacer, excursiones al aire libre, descubrir nuevas culturas o estrechar lazos sociales.
Voluntariado. Muchas personas al jubilarse se adentran en labores de voluntariado con las que ayudan a su comunidad y sienten un gran bienestar y satisfacción, dando su tiempo y cariño de forma desinteresada. Iniciativas como Salamanca Acompaña aceptan ayuda de voluntarios además de paliar el impacto de la soledad no deseada en personas mayores de 60 años de la capital charra.
Centros de día. Los centros de día están habilitados para realizar talleres, actividades de ocio o jugar al ajedrez o a juegos de mesa con otras personas de la misma edad.
Estimulación cognitiva. Una de las peores consecuencias físicas que trae consigo la soledad no deseada en personas mayores es el deterioro cognitivo, es decir, que una persona que potencialmente puede desarrollar demencia se acelere ante esta situación indeseada. Estos ejercicios pueden realizarse en talleres conducidos por un/a integrador/a social o puedes hacerlo en casa a través de aplicaciones de estimulación cognitiva online.
Actividad física. Los ejercicios de bajo impacto para mayores son actividades suaves que nos permiten mantenernos en forma, nos ayudan a equilibrar el bienestar entre cuerpo y mente, y nos ayudan a relacionarnos con los demás.
Desata tu creatividad. Dejar suelta la imaginación no se limita a la pintura: cocinar, hacer manualidades o bordar son algunas actividades que puedes hacer para desarrollar tus habilidades sociales, cognitivas y motrices.
Aprende competencias digitales. Empezar a manejar el móvil, la tablet o el ordenador requiere de ciertos conocimientos que no deberían ser una gran barrera para los adultos mayores, pues son una barrera que ayudan a combatir el aislamiento social y todos los tipos de soledad en la vejez. En los centros cívicos hay talleres dedicados a enseñar competencias digitales y seguridad en internet para garantizar una navegación accesible, disfrutable y tranquila.
Conclusión
La soledad no deseada en personas mayores es uno de los grandes retos a abordar en el siglo XXI debido a las expectativas globales de envejecimiento. Es importante conocer qué tipos de soledad en la vejez existen para abordar de la mejor forma posible la problemática y adoptar la postura más sana posible ante esta situación de malestar. La escucha activa y el acompañamiento es clave para abordar la soledad no deseada, además de mentalizarnos de que llegar a la tercera edad no es sinónimo de estancamiento, sino que se abren muchas posibilidades que expanden nuestro mundo, siempre respetando nuestras condiciones y ritmos.
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Publicado el 2020-08-12
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