Cuidado de la piel en adultos mayores: qué debemos tener en cuenta

Nuestra piel tiene un lenguaje propio y si le ocurre algo, se encargará de hacértelo saber. El órgano más extenso del cuerpo también sucumbe al paso del tiempo, mostrando sus primeros cambios con la generación de arrugas o manchas. Estas transformaciones la vuelven más delgada y vulnerable, provocando con mayor facilidad la aparición de moratones, el padecimiento de púrpura senil o que las heridas necesiten más tiempo para desaparecer. 

El cuidado de la piel en adultos mayores es crucial y hay que tener en cuenta que cada persona alberga sus propias singularidades, pues la piel de cada uno puede reaccionar de formas distintas a los cuidados o productos que apliquemos. En este artículo, te desgranamos una serie de consejos a tener en cuenta en tu rutina de cuidado para la piel. 

Factores que afectan la piel de las personas mayores 

El paso del tiempo provoca estragos en la piel, siendo un órgano más sensible durante el envejecimiento. Esto sucede porque la capa externa de la piel —epidermis— se deseca, adelgaza y pierde grasa, provocando cambios en el tejido que reducen su elasticidad y resistencia. 

Este deterioro será más rápido por los siguientes factores: 

• Mayor cantidad de horas de tomar el sol. 
• No beber el agua suficiente. 
• Hábitos perjudiciales, como el alcohol o el tabaco. 
• Padecer alguna enfermedad. 

Esto propicia la descamación, sequedad o que la piel se torne áspera al tacto, pudiendo causar picores y facilitando que al aliviar la sensación, se formen heridas susceptibles de infectarse. De igual modo, si desatendemos nuestra salud cutánea, la piel nos avisará con la aparición de manchas en su superficie. Estas apariciones suelen darse en la tercera edad, pero un exceso de las mismas puede indicar que no hemos tomado las precauciones necesarias en los últimos años. 

Consejos para una piel sana en adultos mayores 

El cuidado de la piel en adultos mayores se centra en cuatro pilares esenciales: 

Hidrátate

Beber la suficiente agua es indispensable. Se trata del método más natural, rápido y eficiente de mantener una piel sana e hidratada. Lo ideal es ingerirla natural y fresca, sin añadir edulcorantes ni saborizantes. Si nos supone todo un reto llegar a los 2L diarios, se pueden tomar infusiones y algunas frutas, evitando todo lo posible el azúcar.  

Para hidratarla desde el exterior, debemos lavarnos con agua tibia —nunca muy caliente—, emplear jabones suaves y aplicar cremas hidratantes tras la ducha o el baño. Residir en un ambiente húmedo es esencial, así que vives en un clima seco, te recomendamos hacerte con un humidificador (siempre y cuando no dispongas ya de uno). 

Protégete del sol

El efecto nocivo de los rayos ultravioleta es acumulativo. Es decir, a más edad, mayor riesgo de que se produzca un melanoma o un cáncer de piel. De igual modo, la exposición al sol y al calor provoca la deshidratación en personas mayores, colectivo ya de por sí más sensible a sufrir estos episodios. En este sentido, deben tomarse las siguientes precauciones: 

• Limitar la exposición solar y evitar salir a la calle en horarios donde la radiación es más intensa. 
• Utilizar filtros solares de alta protección durante todo el año, extremando el cuidado de la piel del rostro en adultos mayores. 
• Caminar, en la medida de lo posible, por la sombra. Si hace sol, vestir con ropa amplia, ligera, de manga larga y de colores claros. 

Come de forma equilibrada

Una dieta equilibrada es indispensable, sobre todo si tiene una amplia variedad en alimentos ricos en elastina y colágeno para la piel. Por ejemplo, las vitaminas B2, C, E o los minerales, entre otros antioxidantes, nos ayudan a reparar y prevenir el deterioro de la piel. 

Además, los alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 —presentes en pescados, maricos y frutos secos— son clave para la regulación de la circulación de la sangre, que pueden determinar la afluencia de nutrientes en la piel. Por contraparte, debemos tener en cuenta la siguiente serie de alimentos a evitar: bollería industrial, comida rápida o procesada y refrescos azucarados. 

Ejercítate

¿Sabías que hacer ejercicio también ayuda a cuidar de tu piel? La actividad física ayuda a preservar y renovar los niveles de colágeno y elastina de nuestra piel. Estos componentes aportan firmeza y elasticidad a nuestra piel, además de hacerla más resistente. A su vez, el entrenamiento disminuye los niveles de insulina, reduciendo la probabilidad de producir sebo, relacionado directamente con la aparición de manchas cutáneas. 

Gracias a los relojes de teleasistencia se propicia un envejecimiento activo durante la tercera edad. Senzia es una solución tecnológica con teleasistencia certificada que fomenta el bienestar, la independencia y la calidad de vida de los adultos mayores, un estilo de vida que muchas personas quieren seguir, pero sin renunciar a la seguridad y tranquilidad que proporciona la teleasistencia domiciliaria tanto a ellos como a sus seres queridos. 

¿Quieres saber más? Puedes ponerte en contacto con nosotros a través del teléfono gratuito 900 123 700, el correo electrónico info@atenzia.com o en nuestro WhatsApp. Si lo deseas, también puedes acudir de forma presencial a cualquiera de nuestras oficinas, donde resolveremos todas tus dudas. ¡Te atenderemos encantados!

Aumenta la protección en verano

Las temperaturas extremas son grandes enemigas para la piel. En verano nuestro órgano protector sufre mayor una mayor deshidratación, y una exposición prolongada al sol puede provocar enrojecimiento, quemaduras solares y descamación. Para asegurar el cuidado de la piel en verano, es imprescindible darnos baños de agua tibia, beber entre 1,5 y 2 L de agua, hidratar nuestra piel con cremas y, en caso de salir a la calle, emplear un protector solar.

Usar una vestimenta de colores claros y cómoda también ayudará a prevenir los golpes de calor. De igual modo, se aconseja tener a mano un parasol que proteja nuestra piel de los rayos del sol.

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Rutina diaria de cuidado de la piel para adultos mayores

La limpieza y el cuidado diario es clave para la piel de los adultos mayores. Para ello, conviene tener en cuenta algunas recomendaciones y también ser conscientes de que la piel tiene distintas necesidades en función de la época del año. Por ejemplo, aunque es recomendable utilizar cremas fotoprotectoras durante todo el año, hay que evitar el sol especialmente en verano, salir las horas centrales del día, además de beber muchos líquidos para evitar que el adulto mayor se deshidrate. 

Para tener un satisfactorio cuidado de la piel en adultos mayores en invierno, el uso de cremas hidratantes es imprescindible teniendo en cuenta que el ambiente es más reseco. Sin que importe en qué momento nos encontramos, conviene tener en cuenta las siguientes recomendaciones: 

• Limitar la duración del baño o ducha. Pasar demasiado tiempo en remojo es relajante, pero puede eliminar los aceites naturales que produce la piel. 
• Emplear siempre agua tibia y nunca muy caliente. 
• Secar la piel con pequeños golpes de absorción y no arrastrar o presionar demasiado sobre la zona. 
• Humedecer sobre la piel seca las cremas especiales prescritas bajo supervisión médica. 

Productos recomendados para el cuidado de la piel en personas mayores

Jabones Syndet

Syndet es el acrónimo de «Synthetic Detergent», es decir, detergente sintético. Este tipo de jabones cosméticos se elaboran con detergentes sintéticos tensoactivos o, lo que es lo mismo, son jabones sin jabón, aunque parezca imposible. Se trata de productos de limpieza facial y corporal mucho más suaves y respetuosos que los geles tradicionales o jabones que empleamos al limpiar el cuerpo, manos o rostro. Están especialmente indicados para pieles sensibles o con tendencia a la irritación, grietas o descamación. 

Cremas hidratantes con ácido hialurónico, urea o ceramidas

Las cremas hidratantes son grandes protagonistas del cuidado de la piel para adultos mayores. Pueden contener ácido hialurónico, uno de los ingredientes más codiciados, pues ayudan a regular el equilibrio hídrico y su estructura gracias a que son capaces de retener agua y viscosidad. No solo hidratan, sino que también rellenan los desperfectos del paso del tiempo. 

Por otro lado, las cremas que contienen urea reducen e impiden la pérdida de agua a través de la piel. Con ello, se logra una hidratación más efectiva que se filtra hasta llegar a capas más profundas del órgano más grande del cuerpo. Las ceramidas forman parte de la barrera natural de nuestra piel, siendo unos lípidos que encontramos también habitualmente en las cremas hidratantes y ayudan al fortalecimiento de la piel. 

Protectores solares con factor SPF 50 o superior

Los fotoprotectores son un cosmético imprescindible durante todo el año y en cualquier edad, siendo muy aconsejados para el cuidado de la piel en verano. Es el mejor aliado antiedad y un producto que no debería faltar en el cuidado de la piel del rostro en adultos mayores. El índice de protección SPF («Sun Protection Factor» o «Factor de Protección Solar») debe cubrir la luz visible y las distintas radiaciones dañinas que escapan al ojo humano, por lo que cuanto mayor factor, nos cubriremos bajo un escudo más denso. 

Sérums antiarrugas o despigmentantes

La piel del rostro es la más delicada de todo el cuerpo, por lo que su cuidado es si cabe aún más importante. Los sérums se crearon específicamente para pieles veteranas, siendo un producto que prepara a la piel para después aplicar una crema hidratante. ¿Su objetivo? Aportar firmeza, luminosidad y deshacerse de una sensación áspera al acariciarnos el rostro. 

Consejos adicionales para cuidadores

El cuidado y mantenimiento de la piel influye directamente en la salud y bienestar de las personas mayores. Una acción preventiva y colaborar en el seguimiento de una rutina son modos en los que podemos ayudar a los adultos mayores a cuidar de su piel.Como personas cuidadoras, necesitamos observar con atención y regular la piel de la persona mayor a nuestro cargo. Si encontráramos alguna anomalía, se debe consultar lo antes posible a un dermatólogo. 

También es muy importante saber que la época en la que nos encontramos condiciona el estado de la piel, sobre todo si se padece alguna afección. Aumentar el cuidado de la piel en verano o invierno es de vital importancia, aunque es cierto que cada vez es más frecuente aplicar cremas solares durante todo el año. 

Conclusión

Ser constantes con el cuidado de la piel es esencial a lo largo de toda la vida, pero al cumplir los 60 años, se debe extremar la salud y bienestar cutáneo puesto que su piel es más sensible y pierde facultades protectoras para hacer frente a factores externos. Consultar con un experto cuáles son los productos más apropiados para nuestro tipo de piel, beber la cantidad de agua necesaria en base a nuestra constitución, protegernos del sol y llevar una alimentación adecuada son puntos esenciales que seguir si queremos que sea efectivo el cuidado de la piel en adultos mayores.