Atenzia, empresa de servicios sociosanitarios
900 835 840
Llamada Gratuita
Lunes a Viernes de 9:00 a 21:00

Diferencias entre artritis y artrosis

29/01/2021

Manos de una mujer mayor con probabilidad de padecer de artritis o artrosis

Aunque ambos términos suenen muy parecidos y se refieran a enfermedades reumáticas, que afectan a las articulaciones, la artrosis y la artritis son dos enfermedades distintas. En este sentido, podemos encontrar las diferencias entre ambas tanto en sus causas, síntomas, tratamientos y otros aspectos.

Conociendo las principales características de la artritis y la artrosis podremos distinguirlas y no volveremos a dudas de cuál es cuál.

Qué son

La artritis y la artrosis son enfermedades que afectan a una o a varias articulaciones, provocando dolor en las personas que las padecen. A pesar de tener este punto en común, ambas patologías se deben definir por separado, ya que el origen y tratamiento de cada una es distinto.

En primer lugar, la artritis es una inflamación que afecta a la membrana sinovial, donde el líquido sinovial, que sirve para lubricar, se esparce por la articulación en lugar de ser reabsorbido como sucede normalmente. Como consecuencia, este proceso provoca una constante erosión del hueso y del cartílago, una patología que puede ser o no crónica.

Por otra parte, la artrosis es un proceso degenerativo crónico que afecta al cartílago, la almohadilla que separa los huesos de la articulación, haciendo que no se rocen. Con el paso del tiempo, el cartílago se va desgastando y el roce se produce directamente entre huesos, lo que causa mucho dolor y la pérdida de flexibilidad de las articulaciones.

Tipos

Otra de las diferencias entre la artritis y la artrosis se encuentra en la tipología de enfermedades que engloban cada una de ellas. En este sentido, la artrosis es una única patología, pero con distintas formas según la parte del cuerpo afectada: de mano, de rodilla, de cadera, lumbar, cervical, etc.

Sin embargo, cuando nos referimos a la artritis tenemos que especificar entre varios tipos. Es decir, esta patología suele ser consecuencia de otras enfermedades, por lo que engloba en sí misma muchas alteraciones paralelas, siendo las más comunes:

Artritis reumatoide

La artritis reumatoide (RA) es un trastorno inflamatorio que ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error los tejidos sanos del cuerpo. Esto provoca una inflamación de las articulaciones que produce dolor, deformidad y dificultad para el movimiento, aunque también puede afectar otras partes del organismo. Por este motivo, se pueden dar una serie de síntomas, menos frecuentes, como son:

  • Fiebre inexplicable.
  • Cansancio fácil.
  • Dolor de cuello.
  • Hormigueos en manos o pies.
  • Dolor en el pecho o en los costados.
  • Sequedad de la boca.
  • Enrojecimiento o sensación de arenilla en los ojos.
  • Manchas o bultos en la piel.

Se trata de una enfermedad crónica, aunque con un correcto tratamiento se consigue controlar la enfermedad en la mayoría de los casos.

Artritis juvenil

Se trata del tipo más frecuente de artritis en los niños. Al igual que en el caso anterior, esta patología provoca inflamación de las articulaciones, dolor, rigidez y pérdida de movimiento. Aunque puede afectar cualquier articulación, es más común en las rodillas, las manos y los pies. También puede afectar a órganos internos, causando alteraciones como erupciones o fiebres.

Fibromialgia

Este trastorno se caracteriza un dolor generalizado en músculos y tendones acompañado por fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo. Aun así, no es una patología mortal, ni daña las articulaciones, músculos o los órganos internos. Sin embargo, personas con otras enfermedades, como la artritis reumatoide, pueden desarrollar la Fibromialgia, lo que puede afectar al curso de esta y a su tratamiento.

Artropatía psoriática

Otro trastorno autoinmune que afecta a algunas personas con psoriasis, una afección que presenta manchas rojas en la piel cubiertas con escamas plateadas. Lo normal es que se desarrolle la psoriasis primero y luego ser diagnosticado de artritis psoriásica, pero el dolor articular, la rigidez y la hinchazón a veces pueden comenzar antes de que aparezcan los signos cutáneos.

Gota

Cuando el ácido úrico se acumula en la sangre, causando inflamación en las articulaciones, sufrimos de gota. Esta forma frecuente de artritis presenta síntomas como ataques repentinos e intensos de dolor, hinchazón, enrojecimiento y sensibilidad en las articulaciones. Además, esto afecta muchas veces a la articulación que se encuentra en la base del dedo gordo del pie.

Causas

Como en el resto de las características, la artritis y la artrosis también se diferencian en los motivos que ocasionan su aparición.

La artritis puede deberse a causas muy diferentes:

  • Infecciones ocasionadas por gérmenes que llegan a la articulación.
  • Traumatismos producidos por un golpe fuerte.
  • Enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide.
  • Depósitos de cristales que se acumulan en la membrana sinovial, es decir, gota.

En el caso de la artrosis, se trata de una enfermedad propia de la tercera edad, asociada al envejecimiento, ya que es más común padecerla a partir de los 40 años. No obstante, existen otros factores de riego de desarrollar esta patología, como la obesidad o el sobreesfuerzo de la articulación.

Manos de persona mayor sosteniendo un bastón porque padece de artritis o artrosis
Aunque ambas son frecuentes al envejecer, la artrosis se asocia al desgaste por la edad y la artritis a enfermedades autoinmunes o infecciosas.

Síntomas

Respecto a los síntomas, la artritis y la artrosis pueden afectar a cualquier articulación del cuerpo, pero en este punto también cuentan con ciertos aspectos diferentes:

  • La localización: la artritis depende del tipo, ya que, por ejemplo, la artritis reumatoide ataca más a las muñecas y dedos de las manos, y la gota, generalmente, a pies, tobillos y rodillas. En cambio, la artrosis afecta generalmente a las manos, rodillas, caderas, columna y pies.
  • El dolor: mientras que con la artritis es algo constante, en el caso de la artrosis este es mayor al mover la articulación y mejora al mantenerla en reposo.
  • Efecto en las articulaciones: en la artritis las articulaciones se calientan, viéndose rojas e hinchadas, y también pueden llegar a deformarse. En la artrosis estas crujen con el movimiento y, en grados avanzados, se deforman y pierden movilidad.
  • Otras afecciones: muchos tipos de artritis se acompañan de pérdida de peso, cansancio, fiebre, entre otros, pero la artrosis solo afecta a las articulaciones.

Tratamiento

Respecto a los tratamientos de la artrosis, debido a que esta patología no tiene cura, estos buscan reducir el dolor, mejorar la movilidad y favorecer el funcionamiento de la articulación. Para ello, existen ciertos ejercicios físicos que cumplen con estas funciones, por ejemplo, nadar o caminar son actividades que benefician el estado de nuestras rodillas. Si recurrimos a los fármacos, estos deben utilizarse para tratar el dolor, ya que ninguno frena la artrosis. En este sentido, se recomiendan analgésicos, como el paracetamol, y antiinflamatorios, como el ibuprofeno.

Por otro lado, la base de los tratamientos de la artritis son los antiinflamatorios y el reposo de la articulación. A pesar de esto, hay diferentes tratamientos que dependen de la causa de la enfermedad, desde antibióticos a fármacos antirreumáticos.

Recomendaciones para su prevención

Como se ha mencionado antes, la artrosis no se puede curar y el tratamiento de la artritis depende del tipo de patología, ya que las causas y síntomas son diferentes en cada caso. Sin embargo, a la hora de prevenir la aparición de estas enfermedades existe una recomendación común, llevar una vida saludable. En resumen, podemos reducir los riesgos de padecer estos trastornos, sobre todo la artrosis, siguiendo estos consejos:

  • Comer una dieta saludable: una alimentación equilibrada ayuda a reducir el riesgo de sufrir artritis. Además, hay alimentos que combatan la inflamación y fortalecen los huesos y el sistema inmunológico.
  • Controlar nuestro peso: sufrir de sobrepeso o estar obeso puede repercutir en el estado de nuestras rodillas y caderas.
  • Realizar actividad física: el sedentarismo causa debilidad muscular y aumenta las probabilidades de desarrollar artritis y artrosis.
  • No fumar: según los expertos, el tabaco aumenta el riesgo de padecer artritis reumatoide en personas con predisposición genética y también empeora el pronóstico.
  • Evitar las lesiones y el sobreesfuerzo de las articulaciones: es importante no hacer ejercicios excesivos y proteger nuestras articulaciones cuando realizamos esfuerzos diarios, como trabajos que requieran movimientos repetitivos, estar sentados mucho tiempo o levantar cosas pesadas.