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En muchas ocasiones la depresión se asocia erróneamente con una etapa puntual en la que nos sentimos más tristes o melancólicos, dificultando así la comprensión hacia las personas que la padecen.
Sin embargo, la realidad es que la depresión es una de las enfermedades y patologías más comunes en la tercera edad y que requiere de tratamiento médico y de apoyo familiar. Identificar sus síntomas y saber qué podemos hacer para ayudar a una persona mayor a afrontarla, serán vitales.
Para saber cómo tratar a una persona mayor con depresión es importante conocer en primer lugar cuál es el trastorno que padece. La depresión puede presentarse de alguna de las siguientes formas:
Se trata de un trastorno del estado de ánimo que se manifiesta cuando los sentimientos negativos como ira o tristeza afectan al día a día; es el más característico. Las personas con depresión mayor pueden llegar, en los casos más graves, a permanecer inmóviles e incluso negarse a comer y beber.
Es un trastorno continuo y crónico, aunque más leve que la depresión mayor. Aquellos que la padecen pierden interés por las actividades del día a día, se muestran desesperanzados, pesimistas y con una autoestima baja.
Este tipo de depresión, aunque crónico, puede sobrellevarse con la combinación de medicamentos y terapia.
Esta forma de depresión aparece en los cambios estacionales, especialmente otoño e invierno, y relacionado también con los cambios lumínicos. Un exceso de sueño o sensación de cansancio son alguno de los síntomas más comunes.
El trastorno bipolar se caracteriza por provocar cambios extremos en el ánimo de quien la sufre alternando episodios bajos (depresión) con altos (manía) provocando estos hiperactividad, irritabilidad e insomnio.
En este estado mental, se producen altibajos emocionales, pero no tan extremos como en el trastorno bipolar. Es la forma de depresión más leve y en muchos casos puede confundirse con los cambios normales en el ánimo.
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Para ayudar a una persona mayor con depresión es importante identificar las señales que pueden indicar este trastorno, aunque estas pueden variar de una persona a otra.
Además, y tal y como hemos visto, dependiendo del tipo que se padezca, los síntomas de la depresión pueden variar. Sin embargo, existen algunos indicios que son comunes a todas las formas de este trastorno:
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Entenderle y sentirse apoyado, pero sin que sienta presión por nuestra parte es imprescindible para poder ayudarle. Estos son algunos de los consejos más importantes que debes tener en cuenta al tratar a una persona mayor con depresión:
Todos pasamos por diferentes momentos emocionales en nuestra vida, pero si crees que no se trata de algo puntual, observa con atención. La depresión se manifiesta de muchas formas diferentes y su diagnóstico ha de hacerlo un médico; pero si detectas algunos cambios, ayúdale.
Que no tenga apetito, o coma mucho, que deje de disfrutar con actividades que antes le motivaban, que no quiera levantarse de la cama o se muestre más irritable que de costumbre, pueden ser algunos de los indicadores.
Para cuidar a una persona mayor con depresión tendremos que apoyarle en los momentos más difíciles, acompañándole a citas médicas, recordarle la toma de medicamentos… De esta forma, además de mostrar nuestra ayuda, le mostraremos que hay tratamiento y que no está solo.
Aunque en ocasiones parezca todo lo contrario, el enfermo agradecerá y necesitará la mayor ayuda posible por parte de su círculo cercano. Acompañarle, aunque sea en silencia y no emitir ningún juicio de valor sobre lo que está pasando, le servirá para sentirse comprendido.
Para una persona depresiva, la toma de decisiones se torna complicada y esto puede hacer que su situación no mejore. Muéstrale tu apoyo para buscar ayuda profesional que le permita conocer más sobre lo que le pasa y cómo revertirlo.
Una persona con depresión puede sentirse en muchos momentos solo e incomprendido. Tenderle la mano y demostrarle que estamos a su lado, le hará ver que esta situación no la va a vivir en soledad, lo que facilitará su recuperación.
Un equipo de psicólogos de la Universidad de California realizó un estudio en el que comprobaron que, un grupo de mujeres, aguantaban mejor el dolor ante estímulos si miraban fotografías de sus seres queridos que si veían objetos o desconocidos. Este estudio confirmaba así la importancia del apoyo social en nuestra salud física y mental.
Así, llevar fotos de nuestro círculo cercano en la cartera, puede ayudarnos a aliviar el dolor causado por la depresión u otras patologías.
Una forma más de mostrar tu apoyo es escuchar a la otra persona. Que nos cuente cómo se siente y lo que necesita, nos permitirá ayudarle mejor.
Intenta además no juzgarle ni darle tu opinión ya que puede sentirse incomprendido.
En ocasiones el paciente no ve la depresión como una enfermedad, sino como una señal de debilidad, algo de lo que él es culpable. Explícale que es una patología y como tal tiene tratamiento y con él, mejorará su estado.
Muchas personas recurren al alcohol para aliviar el dolor y esto puede tener consecuencias fatales pues además de ser depresor, este mezclado con medicamentos puede resultar letal. Además, especialmente entre los hombres mayores, el consumo de alcohol aumenta el riesgo de suicidio.
Aleja las bebidas alcohólicas del enfermo e invítale a buscar ayuda profesional y seguir un tratamiento.
Numerosos estudios han confirmado que aquellas personas mayores que se ejercitan no solo tienen vidas más saludables y longevas, sino también que mejora su calidad de vida, se sienten menos solos y son más independientes. Por todos estos motivos, la práctica de ejercicio físico es una buena forma de sobrellevar la depresión.
Los adultos mayores experimentan problemas de sueño, tanto en cantidad como en calidad. Y es que además de dormir menos horas, suele ser más ligero. Una falta de descanso que puede verse agravada por la depresión.
Mantener los mismos horarios de irse a la cama, así como una correcta higiene del sueño (cuidando la luminosidad, ruido, pantallas, lugar de descanso...), nos va a permitir descansar más y mejor.
Aunque en muchas ocasiones nuestra intención es ayudar a una persona mayor con depresión, lo cierto es que, por falta de comprensión o de conocimiento, hacemos o decimos cosas que son contraproducentes para quien la padece. Algunos de los errores más comunes son:
En definitiva, la depresión es una enfermedad que requiere un tratamiento adecuado, así como el apoyo y ayuda del círculo cercano. No obstante, también es importante al tratar con una persona mayor con depresión cuidar también de nosotros mismos y no dejar de hacer nuestra rutina.
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