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Las limitaciones físicas o cognitivas que se producen a consecuencia de enfermedades, edad u otros factores pueden dificultar nuestro día a día hasta el punto de que necesitemos la ayuda de alguien incluso para las tareas más básicas.
Esta falta de autonomía es lo conocemos como dependencia, pero, ¿qué hay que hacer para que nos reconozcan como persona dependiente?, ¿todos los tipos de dependencia son iguales? Resolvemos todas tus dudas en el siguiente post.
A lo largo de nuestra vida pueden darse determinadas circunstancias que mermen nuestras capacidades físicas y/o mentales. Es el caso, por ejemplo, de un accidente, la vejez o alguna enfermedad incapacitante, pero, ¿qué es una persona dependiente?
Una persona dependiente, por tanto, es aquella que, de forma permanente y a causa de la edad, una discapacidad o enfermedad, no puede realizar las tareas básicas diarias o carece de la autonomía necesaria para la toma de decisiones.
La pérdida de las capacidades físicas o mentales de una persona y por lo tanto la pérdida también de su autonomía para la realización de las actividades del día a día hacen precisa la atención y el cuidado por parte de otras personas.
En este sentido, la ley estipula que es una persona dependiente cuando se cumplen los siguientes requisitos:
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Como hemos comentado anteriormente, los factores que causan que una persona sea dependiente son variadas y obedecen a diferentes factores entre los que podemos destacar:
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Las limitaciones en el día a día determinan que es una persona dependiente, pero esta puede ser mayor o menor en función del grado de pérdida de autonomía que la persona sufra. Por este motivo y con el objetivo de poder ofrecer una asistencia acorde a las capacidades de cada uno, se establecen tres niveles diferentes:
Aunque una persona considere que ella misma o alguna persona cercana cumple lo dispuesto en la ley para considerar que es una persona dependiente, es necesario que esta situación sea reconocida por el órgano competente para que el dependiente tenga acceso a la prestación por dependencia.
Para ello es preciso presentar la solicitud de dependencia en los Servicios Sociales del municipio en el que se resida, con la documentación necesaria. La información a presentar dependerá de cada región y es que no es lo mismo realizar la solicitud de dependencia en Madrid que en Valencia, por ejemplo. Sin embargo, los documentos más habituales además del formulario específico serán el DNI, la Declaración de la Renta y el certificado de empadronamiento. Además, al ser tutor legal de una persona mayor, se debe adjuntar también la fotocopia del DNI del representado y la acreditación de representante.
Además, para completar la solicitud de dependencia, se presentarán dos informes (social y de salud) con el fin de aportar la mayor información posible de cara a la valoración final que será realizada en el domicilio de la persona dependiente por parte de profesionales sociosanitarios que tendrán en cuenta el estado del solicitante, así como sus limitaciones y necesidades.
A pesar de que una persona sea declarada dependiente y presente dificultades para la realización de ciertas tareas diarias, al cuidar de un anciano que es una persona dependiente debemos tener algo claro: tenemos que promover su autonomía. Con esto no solo conseguiremos que mantenga cierta independencia sino que evitaremos que esta falta de autonomía aumente. Algunas de las cosas que podemos hacer para favorecer la autonomía de una persona dependiente son:
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