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Trastornos del sueño en el anciano

10/02/2021

Imagen de un reloj despertador y una mujer mayor que sufre un trastorno del sueño tumbada en la cama sin poder dormir

La alteración del sueño en ancianos es una de las patologías más comunes en la tercera edad. Esto se debe, mayormente, a los cambios que sufren nuestros ciclos de sueño por determinadas circunstancias que se dan con el envejecimiento. En este sentido, estos trastornos se caracterizan por causar problemas como la dificultad para conciliar el sueño, la necesidad constante de dormir demasiado sueño o comportamientos anormales mientras dormimos.

Como consecuencia, la alteración del sueño en ancianos impide descansar correctamente, provocando a su vez la aparición de otras enfermedades. Por este motivo es importante, sobre todo a partir de los 65 años, conocer cuáles son los tipos de trastornos del sueño más comunes, sus causas y las formas de prevenirlos, entre otros datos que debemos conocer si sufrimos o conocemos a alguien que sufra de estas enfermedades.

Evaluación de los problemas de sueño

Es difícil saber si nos cuesta dormir por una mala higiene del sueño o debido a un trastorno. Es decir, a veces podemos tener malos hábitos de descanso, como irnos a dormir muy tarde, porque no cuidamos lo suficiente nuestro sueño o porque padecemos de alguna alteración diagnosticable. Una persona de 70 años sana puede despertarse muchas veces durante la noche sin que esto se deba a una enfermedad.

Para saber diferenciar entre un trastorno del sueño y unos malos hábitos, debemos conocer algunos aspectos. Por ejemplo, los trastornos del sueño provocan más somnolencia de la habitual durante el día, mientras que las personas con mala higiene del sueño siguen funcionando correctamente. Es cierto que, en ocasiones, los malos hábitos de descanso pueden hacer que nos sintamos cansados a lo largo del día, pero si es habitual, es posible que tengamos algún tipo de problema médico, ya que los trastornos del sueño siguen un patrón constante. Respecto a los síntomas de los trastornos del sueño, los más habituales son:

  • Despertar temprano.
  • Imposibilidad para conciliar el sueño.
  • Alternancia entre “estar despierto” (vigilia) y “estar dormido” (sueño).
  • Patrón de sueño irregular.
  • Impulso incómodo de moverse mientras se intenta dormir.
  • Sueño durante el día.
  • Bajo rendimiento.
  • Agotamiento físico.

Hay muchas maneras de diagnosticar los trastornos del sueño y, por lo general, los médicos pueden tratar de manera efectiva una alteración del sueño en ancianos una vez que se diagnostican correctamente.

Tipos de trastornos del sueño

Existen muchos tipos de trastornos del sueño, que se agrupan en diferentes categorías según por qué suceden y cómo te afectan. Asimismo, una alteración del sueño en ancianos también se puede clasificar por las conductas, los problemas de los ciclos naturales de sueño y vigilia, los problemas respiratorios, la dificultad para dormir y la somnolencia que se siente durante el día.

Estos son algunos de los tipos más conocidos de trastornos del sueño:

  • Insomnio: se trata del trastorno del sueño más común y se caracteriza por no permitir dormir ni descansar como es necesario.
  • Hipersomnia: este trastorno de sueño produce una necesidad excesiva de dormir durante el día, es decir, un sueño excesivamente prolongado y profundo, que puede llegar a ser de 10 horas o más.
  • Trastorno conductual del sueño MOR (TCSM): esta alteración produce parálisis en algunas partes del cuerpo durante el sueño, lo que significa que una parte del cuerpo se despierta mientras el resto sigue dormido.
  • Apnea del sueño: se caracteriza por interrupciones en la respiración mientras dormimos, causando que la persona deje de respirar durante unos segundos durante la noche.
  • Sonambulismo: los sonámbulos son personas dormidas que se levantan, caminan, hablan y se comportan como si estuviesen despiertas, pero sin recordar nada de lo que han hecho cunado se despiertan.
  • Síndrome de las Piernas Inquietas (SPI): esta enfermedad produce dolores o molestias en las piernas y movimientos involuntarios de estas, por lo que podemos sentir de forma muy incómoda cómo nuestras piernas no se quedan quietas.
  • Trastorno de Movimientos Periódicos en las Piernas (TMPP): en este caso, nuestras piernas patean mientras dormimos, siendo inconscientes de esta acción la mayoría de las veces.

Existe la posibilidad de que una persona sea diagnosticada con el Trastorno de Movimientos Periódicos en las Piernas (TMPP) y con el Síndrome de la Piernas Inquietas (SPI) a la vez.

Enfermedades derivadas del trastorno del sueño

Los trastornos del sueño también pueden ser la causa de otras enfermedades, ya que descansar bien es un factor fundamental para la salud y bienestar. De esta forma, dormir poco, o dormir excesivamente, no deja que nuestro cuerpo cumpla con sus funciones básicas durante el ciclo de descanso, como son:

  • Restauración de la energía gastada a lo largo del día.
  • Crecimiento y reparación de los tejidos del cuerpo.
  • Mejora de la memoria, la concentración y la capacidad mental.
  • Fortalecimiento del sistema inmunitario.
  • Bajada de la presión sanguínea y de la inflamación del cuerpo.

En resumen, los trastornos del sueño impiden el correcto funcionamiento del organismo, convirtiéndose en factores de riesgo para el desarrollo de ciertas patologías. Además, este peligro es mayor si se tiene en cuenta que este tipo de alteraciones se dan comúnmente en ancianos, uno de los grupos más vulnerables. Entre las enfermedades derivadas de trastornos del sueño, vamos a destacar:

  • Fibromialgia, presencia de un dolor prolongado por todo el cuerpo, relacionado con la fatiga y los problemas de sueño.
  • Mononucleosis y otras enfermedades virales, debido a la debilidad del sistema inmunológico.
  • Obesidad, debido al aumento del apetito que se produce cuando se duerme poco.
  • Incremento de la tensión arterial, pudiendo causar un infarto de miocardio.
  • Demencia, consecuencia del deterioro cognitivo que se puede desarrollar por determinadas alteraciones del sueño, como el trastorno conductual del sueño MOR (TCSM).
  • Depresión, una patología común cuando se descansa mal, por la alteración que esto supone en el estado de ánimo del paciente.
Adulto mayor con trastornos del sueño tomándose la tensión en casa para vigilar su salud cardiaca
La alteración del sueño en ancianos es aún más peligrosa si estos pacientes sufren de obesidad o hipertensión.

Causas de trastorno del sueño en personas mayores, ¿por qué duermen mal nuestros mayores?

Los trastornos del sueño son muy frecuentes en la tercera edad y existen una gran cantidad de ellos, con distintas consecuencias para la salud física y mental. Respecto a las principales causas de las alteraciones del sueño en personas mayores, estas pueden dividirse en tres categorías:

Cambios fisiológicos del sueño

En general, los médicos recomiendan que los adultos duerman de 7 a 8 horas todas las noches. Sin embargo, es normal que las personas mayores tengan un sueño menos profundo y más entrecortado que los más jóvenes. Esto se debe a que la estructura del sueño se modifica con el paso de los años, aumentando el tiempo de sueño ligero y reduciendo la cantidad total que se invierte en dormir. Además, los cambios en el ritmo circadiano también hacen que la conciliación del sueño sea más temprana en personas mayores.

En consecuencia, los pacientes ancianos tardan más tiempo en dormirse y se despiertan más fácilmente. Todo esto puede conllevar una excesiva tendencia a dormir durante el día, cambios de humor y aumento del riesgo de caídas.

Alteraciones del sueño relacionadas con otras enfermedades

Como se ha mencionado anteriormente, existen ciertas patologías derivadas de los trastornos del sueño, pero también puede darse el caso contrario. Es decir, hay enfermedades que suponen un factor de riesgo a la hora de desarrollar una alteración del sueño en ancianos.

En este sentido, las afecciones más frecuentes que pueden alterar el sueño son:

  • Fases avanzadas de la demencia, causando trastornos como la agitación nocturna en ancianos.
  • Insuficiencia cardíaca.
  • Depresión y otras enfermedades neurológicas.
  • Dolor causado por afecciones médicas, como artritis o fibromialgia, entre otras.

Fármacos que producen alteraciones en el sueño

Hay que tener en cuenta que cada medicamento que ingerimos puede afectarnos de distintas maneras a la hora de dormir, existiendo tres tipos de efectos: efecto colateral y efecto secundario; reacción adversa o efecto indeseable; y reacción paradójica. Respecto a lo último, los medicamentos destinados a inducir el sueño pueden, paradójicamente, hacer que la persona no alcance el sueño profundo, causando insomnio o somnolencia.

Estos son los tipos de fármacos que influyen en el sueño:

  • Ansiolíticos: entre sus efectos adversos los más frecuentes se encuentran la somnolencia, embotamiento afectivo, reducción del estado de alerta y confusión.
  • Antihistamínicos: tienen un efecto sedante.
  • Opiáceos: es muy frecuente encontrar en pacientes tratados con morfina efectos como somnolencia, desorientación, sudoración y, paradójicamente, euforia.
  • Antidepresivos: pueden producir sequedad de boca, aumento de la sudoración, insomnio o somnolencia.
  • Antiinflamatorios: provocan fatiga o somnolencia y, aunque poco frecuente, insomnio.
  • Vitamina A: el exceso puede producir dolor de cabeza, insomnio o somnolencia.
  • Antiepilépticos: suelen ocasionar insomnio, nerviosismo, aumento de peso, temblor y somnolencia.
  • Antihipertensivos: los efectos adversos son cefalea, tos, somnolencia, insomnio y nerviosismo.

Asimismo, los fármacos que tienen un efecto estimulante o activador dificultan la conciliación del sueño y pueden provocar insomnio. Entre estos medicamentos se encuentran los psicoestimulantes (anfetaminas, modafinilo y metilfenidato), aquellos empleados para dejar de fumar, los fármacos cardiovasculares y los antiparkinsonianos. También existen otros fármacos que deprimen el sistema nervioso generando trastornos del sueño.

Cómo prevenirlo - plan de prevención

Llevar un estilo de vida saludable es la mejor manera de evitar los trastornos del sueño. Con un envejecimiento activo y unos buenos hábitos de descanso s pueden prevenir gran parte de los trastornos del sueño en ancianos. Por este motivo, además de las recomendaciones médicas, debemos seguir los siguientes consejos:

  • Hacer ejercicio: practicar actividad física de manera regular evita la mayor parte de las causas que pueden producir perturbaciones en el sueño, como la depresión, enfermedades cardiacas o un ciclo de sueño irregular, entre otras muchas.
  • Rodéate de más luz natural: por la mañana, en los primeros 30 minutos desde que te despiertas, la luz natural ayuda a reiniciar el reloj circadiano y, por la noche, es recomendable utilizar filtros de luz azul para dormir mejor.
  • Ser regular al dormir: crea una rutina de sueño, intentando despertarte e irte a dormir a la misma hora todos los días, también los fines de semana.
  • Evitar los alteradores: es importante no consumir cafeína y alcohol, sobre todo a partir de media tarde.
  • Tener una buena alimentación: lo más recomendable es evitar comidas abundantes o excesivas antes de ir a dormir, ya que causarían una digestión pesada y una mala absorción de los nutrientes ingeridos.
  • Adecua el entorno: un colchón y ropa de cama cómodos, una temperatura adecuada y el silencio pueden marcar la diferencia entre tardar mucho o poco en caer dormido.

Si, a pesar de todos estos buenos hábitos, hace tiempo que no puedes dormir bien, acude al médico de cabecera para confirmar que no sufres ningún tipo de trastorno del sueño.