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Blog de Teleasistencia

¿Por qué los ancianos cierran los ojos con frecuencia? Explorando las causas

Mujer mayor cerrando los ojos, llevándose una mano al ceño por cansancio en la vista

Una buena salud visual condiciona el bienestar de las personas que, con el paso del tiempo, pierden capacidad visual incluso si nunca han sufrido problemas de este tipo. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), cerca del 30% de los adultos mayores de 65 años padecen problemas de visión, aunque sólo unos pocos sufren alteraciones que limitan sus actividades cotidianas.

En este artículo hemos enumerado algunos de los motivos de por qué los ancianos cierran los ojos con frecuencia, pasando por achaques propios de la edad, hasta llegar a afecciones que no deben dejarse desatendidas por un profesional.

Causas por las que los ancianos pueden cerrar los ojos

La edad y el aumento del uso de las nuevas tecnologías pueden ser el detonante más leve de algunas afecciones visuales, como puede ser la fatiga visual. Cuidar la salud ocular, saber cuándo debemos darle un descanso a la vista y acudir al médico cuando sea necesario es muy importante para preservar este sentido.

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Fatiga y cansancio ocular

Las nuevas tecnologías son grandes aliadas para los adultos mayores: expanden su mundo, tratan de facilitar su vida y en ellas encuentran nuevas formas de ocio y comunicación. Sin embargo, una exposición prolongada a las pantallas puede generar fatiga y cansancio ocular. Esta fatiga es desagradable y reduce la capacidad de concentración, pero puede resolver el por qué los ancianos pueden cerrar los ojos con frecuencia. Suele desaparecer una vez descansamos la vista, pero en algunos casos podrían esconder una afección ocular pendiente de ser tratada.

Disminución de la capacidad de enfoque y atención visual

La presbicia o vista cansada se produce cuando la retina pierde flexibilidad y no se ajusta adecuadamente para enfocar la luz. Suele manifestarse a partir de los 40 años y de forma gradual. Si con la visión cercana no podemos leer, ver la televisión o realizar otras actividades cotidianas, se debe consultar a un profesional que determine si el paciente tiene presbicia.

Sensibilidad a la luz y necesidad de descanso ocular

¿La claridad provoca un malestar inmediato? Podría ser fotofobia, uno de los motivos de por qué las personas mayores cierran los ojos. Los ojos secos, la conjuntivitis, la migraña o las cataratas son algunas de las patologías más frecuentes tras esta afección. Si aparece, debemos acudir a un especialista que dé con la causa. Para paliarla pueden utilizarse lentes oscuras con filtros especiales, lágrimas artificiales o pomadas que acaben con la sequedad de la zona.

Efecto de la fatiga visual en los músculos de los ojos

El músculo ciliar reside en el interior del ojo y su función es la de enfocar la vista en objetos cercanos o lejanos. Cuando su capacidad no da más de sí, pierde su capacidad de enfoque próximo y da lugar a la fatiga visual. Sus síntomas más frecuentes son: escozor, picor de ojos, sensación de arenilla o quemazón, sequedad y lagrimeo. También puede provocar dolores de cabeza, hinchazón leve y el enrojecimiento de los ojos y/o párpados.

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Problemas de visión y oculares

Prestar atención a los cambios en la visión es muy importante, al igual que acudir a revisiones periódicas en función de la necesidad de cada persona. Si aparecen alteraciones como lagrimeo constante, pérdida repentina de la imagen, visión borrosa, estrechamiento del campo de visión, pupilas desiguales, halos o destellos, visión doble, enrojecimiento persistente o picazón y costras en lagrimales o en la línea de pestañas debemos acudir a un profesional que determine el problema.

Degeneración macular relacionada con la edad

La pérdida de la visión va de la mano con el paso del tiempo, y la degeneración macular es el trastorno visual más común en personas de más de 60 años. La mácula es la parte del ojo que hace que veamos los detalles con claridad, necesaria para leer o conducir. Acudir a una revisión en profundidad puede detectar esta afección y ralentizar el avance de la pérdida de visión. La edad influye directamente en la degeneración macular, al igual que el tabaco, una dieta rica en grasas, ser mujer de raza blanca y los antecedentes familiares.

Cataratas y opacidad del cristalino

Las cataratas son opacidades que cubren completa o parcialmente el cristalino, dificultando la visión. Las personas que sufren de esta dolencia también pueden experimentar destellos, visión doble en un ojo o halos alrededor de las luces. La cirugía es la forma más efectiva de acabar con esta pérdida de la visión siendo una intervención bastante habitual y exitosa.

Sequedad ocular y síndrome del ojo seco

Otro motivo de por qué los ancianos pueden cerrar los ojos con frecuencia podría ser la sequedad ocular. Con la edad, las glándulas lagrimales producen menor cantidad de lágrimas, factor que propicia esta alteración. El síndrome del ojo seco puede producirse debido a la sequedad del ambiente, la luz del sol, el tabaco, algunos antihistamínicos o el uso de lentillas. Usar lágrimas artificiales, gafas protectoras específicas o el empleo de un humidificador son soluciones que pueden evitar esta resequedad.

Glaucoma

Esta afección del nervio óptico se asocia con tener una presión ocular elevada. A su vez, se trata de una enfermedad muy difícil de detectar en etapas iniciales, pues presenta ausencia de síntomas. Un diagnóstico precoz y sus posteriores tratamientos son vitales para evitar su progresión, especialmente para la población de riesgo: personas con una presión intraocular alta, antecedentes familiares de la enfermedad, raza negra y a partir de los 40 años.

Efectos de medicamentos y tratamientos

En cuanto un paciente comienza un nuevo tratamiento, el médico debe informarle sobre sus posibles efectos secundarios. Existen una serie de medicamentos que pueden provocar ciertos trastornos en la visión, pero si no se aplican pueden generar unas complicaciones mayores en la salud de quien las toma.

Conocer de cerca estos efectos secundarios no debería ser un factor de preocupación, sino una ayuda para su detección y, siempre y cuando se produzcan, que sea el médico quien determine la modificación o suspensión del tratamiento para evitar cualquier posible daño ocular.

Efectos secundarios de medicamentos en la visión

Antibióticos como las tretaciclinas, empleadas para eliminar infecciones bacterianas en diversas localizaciones del cuerpo, pueden ocasionar neuropatía óptica, que se produce cuando no le llega suficiente sangre al nervio óptico y provoca una pérdida de la visión. Los tratamientos prolongados con corticoides también influyen en la salud visual, pudiendo provocar un aumento de la presión intraocular, con el consiguiente riesgo de desarrollar glaucoma.

Tratamientos médicos que pueden afectar los músculos oculares

Las medicinas anticolinérgicas (empleadas para el asma o la hipertensión, entre otros) provocan la relajación del músculo ciliar, manifestando una visión borrosa temporal. Otros tratamientos, como los bifosfatos, pueden generar inflamación que termine desarrollando conjuntivitis, epiescleritis, queratitis y uveítis.

Reacciones adversas a ciertos medicamentos oftalmológicos

Algunos medicamentos específicos para tratar los ojos pueden provocar efectos adversos tras su empleo. Entre los más frecuentes encontramos antibióticos, antivirales, lubricantes oculares o corticoesteroides, causando afecciones como sensación de quemazón, lagrimeo, ojos rojos, escozor o visión borrosa.

Un señor mayor haciéndose una revisión de la vista acompañado por una oftalmóloga
Acudir a revisiones anuales nos pueden evitar afecciones y cuestionarnos por qué los ancianos cierran los ojos con frecuencia. 

Condiciones de salud y trastornos neurológicos

Nuestro estado de salud condiciona nuestra capacidad visual, siendo este el sentido que más utilizamos a lo largo de nuestra vida y que más información nos revela. El sufrir una enfermedad crónica, especialmente de tipo neurológico, puede propiciar el empeoramiento de nuestra visión. Es por ello por lo que debemos acudir a revisiones periódicas que nos ayuden a tener la mejor calidad de vida posible.

Párkinson y otros trastornos del movimiento

A pesar de que el párkinson se caracteriza por los temblores que provoca en multitud de partes del cuerpo y en la movilidad de las personas, también puede afectar al bienestar visual. Esta enfermedad neurológica puede ocasionar visión borrosa y dificultad para enfocar objetos, sequedad y vista cansada. Por contraparte, puede provocar espasmos musculares involuntarios, aumentando el parpadeo y, en consecuencia, el lagrimeo.

Migrañas y dolores de cabeza crónicos

La migraña ocular es un tipo de cefalea localizada a un lado de la cabeza o alrededor del ojo. Si el dolor es soportable, como ocurre en la mayoría de los casos, con tan sólo descansar acompañado del silencio y de la oscuridad sería suficiente. En casos más severos (con 5 o 6 episodios mensuales), un profesional debe aplicar un tratamiento preventivo que reduzca la frecuencia e intensidad de la dolencia.

Enfermedades neuromusculares que afectan los músculos oculares

Nuestros músculos oculares pueden sufrir problemas funcionales que afectan a nuestra visión. Uno de ellos es el nistagmo, trastorno que provoca movimientos oculares involuntarios, rápidos y repetitivos, afectando a la capacidad de fijar la mirada en un punto específico. Su tratamiento varía en función de su causa y cuán graves sean los movimientos oculares, y oscila entre recetar lentes correctivos, terapia visual o incluso cirugía.

Otra enfermedad asociada a los músculos oculares son los espasmos musculares oculares. Existen dos tipos principales: el blefarospasmo, que afecta a los músculos responsables del parpadeo; y el espasmo del músculo recto, que modifica el movimiento horizontal o vertical. Pueden ocasionar movimientos oculares incontrolados, haciendo más difícil la fijación de la mirada y afectando a la vista.

Preguntas frecuentes

¿Es normal que los ancianos cierren los ojos con frecuencia?

Si la persona mayor disfruta de una buena salud visual, no tendría que ser una preocupación ni deberíamos preguntarnos por qué cierra los ojos. En caso contrario, debemos acudir a un profesional que determine la causa del problema por el que está atravesando, especialmente por si se tratara de algún problema que esconda una situación más grave, y atacarlo desde la raíz.

¿Cómo se pueden aliviar los síntomas de fatiga ocular en los ancianos?

Como mencionamos en este artículo, la fatiga visual puede provocar quemazón, picor o lagrimeo, entre otras afecciones. Su causa más habitual es la exposición al brillo de las pantallas de los dispositivos que, si no se ajusta, puede agotar al ojo por tener que procesar luces demasiado intensas o tenues. Las pantallas deben ajustarse al nivel de comodidad del usuario, por lo que con tan sólo reducir el brillo o utilizar gafas con bloqueador de luz azul sería suficiente.

¿Cuándo es necesario buscar ayuda médica porque el anciano cierra los ojos con frecuencia?

La detección precoz es un determinante clave para evitar problemas oculares que sean un motivo del por qué cierran los ancianos los ojos con frecuencia. Si afecciones como la sequedad, el lagrimeo, los ojos rojos o los movimientos incontrolables de los ojos persisten, debemos pedir cita para ser derivados al médico que corresponda.

¿Existen ejercicios o terapias que puedan ayudar a fortalecer los músculos oculares en los ancianos?

Fortalecer y hacer más flexibles los músculos oculares es posible gracias a ejercicios como enfocar objetos cercanos y lejanos o seguir patrones de movimiento con los ojos. Acudir a revisiones periódicas con un oftalmólogo es muy importante, además de usar gafas de sol que bloqueen los rayos ultravioletas. Por último, ¡no te olvides de descansar! Si usa de forma habitual múltiples pantallas, se necesitan hacer pausas regulares y descansar la vista observando objetos distantes o cerrar los ojos por unos minutos.

¿Qué medidas se pueden tomar para prevenir o retrasar los problemas de visión en los ancianos?

A partir de los 40 años, se recomienda una revisión anual al oftalmólogo. Llevar la graduación correcta en nuestras gafas también es de vital importancia para evitar la degradación de la vista u otros posibles problemas. Medir el uso de pantallas y mantener una dieta saludable y rica en vitaminas A, C y magnesio es fundamental, puesto que la carencia de vitaminas puede alterar el buen funcionamiento de la retina.

Conclusión

Disponer de una buena salud visual es muy importante para mantener una vida activa e independiente en edades avanzadas. No abusar del uso de pantallas, disponer de toda la información acerca de posibles efectos secundarios si tomamos medicación puntual o crónica, y acudir a un profesional sin demora si los problemas persisten es fundamental para que no derive en problemas más graves.

A su vez, mantener una alimentación saludable, utilizar gafas homologadas, dormir unas 8 horas diarias, y evitar hábitos como el alcohol o el tabaco pueden prevenir el envejecimiento ocular, siendo estas algunas de las posibles causas de por qué los ancianos cierran los ojos con más frecuencia de lo habitual y ralentizar las afecciones que puedan padecer.

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