Jardín terapéutico: qué es, para qué sirve y cómo beneficia a las personas mayores

La naturaleza es una medicina silenciosa, y cada vez encuentra más adeptos a sus múltiples beneficios. El contacto con las plantas y los espacios verdes nos aporta calma y belleza y, en el caso de los adultos mayores, les ayuda a recuperar autonomía, mejorar su estado anímico y abrazar un propósito. De ahí surgen propuestas como la jardinoterapia y los jardines terapéuticos, dos recursos que transforman lo cotidiano en bienestar profundo. 

En este artículo, te desgranamos en qué consiste un jardín terapéutico, las claves de su diseño y cómo se combina con la jardinoterapia para mejorar la calidad de vida de toda persona que se ve inmersa en esta actividad. 

¿Qué es un jardín terapéutico?

Un jardín terapéutico es mucho más que un espacio verde bonito y bien cuidado: es un entorno específicamente diseñado con el objetivo de procurar el bienestar físico, mental y emocional a las personas que lo utilizan. Están ideados para integrarse como parte de programas de tratamiento —como terapia ocupacional o rehabilitación—, ofreciendo una serie de actividades que fomentan la conexión con la naturaleza al garantizar un ambiente tranquilo donde descansar, reflexionar y socializar. 

Aunque es común encontrarlos en hospitales, residencias de mayores o centros de rehabilitación, su presencia ya es una realidad en comunidades, escuelas o parques públicos. En ellos, las personas mayores pueden realizar terapias sensoriales individuales o en grupos, pero también pueden fomentarse las actividades intergeneracionales, convirtiéndose en un recurso único con el que combatir la soledad no deseada.  

¿Qué beneficios aporta un jardín terapéutico a las personas mayores?

Pasar tiempo en un jardín terapéutico es dejar que la naturaleza ayude al cuerpo y a la mente. Es por ello que esta terapia natural ofrece múltiples beneficios a las personas mayores, entre los que destacan: 

• Bienestar físico. Actividades como plantar, regar o —tan solo— pasear mejoran la fuerza, la flexibilidad, la circulación y la coordinación. Asimismo, pueden contribuir a reducir la presión arterial y el dolor muscular en la tercera edad, promoviendo un estilo de vida activo a la par que saludable. 
• Mejora de la salud mental y emocional. Los jardines terapéuticos reducen el estrés, la ansiedad o la depresión. El contacto directo con la tierra puede ser relajante y meditativo, por lo que centrarnos en el momento presente puede reducir estos sentimientos o trastornos de forma significativa. 
• Estimulación cognitiva. Trabajar con plantas exige trabajar la memoria, la atención y otras funciones cognitivas, contribuyendo a mantener la mente activa y en forma. De esta manera, también se potencia el desarrollo de habilidades, la planificación y la organización, capacidades muy útiles para potenciar la autonomía.
• Entretenimiento y disfrute. La terapia con plantas que podemos realizar en estos espacios puede resolver las dudas sobre qué hacer tras la jubilación, además de aportar un sentimiento de satisfacción al estar cuidando con mimo a estos seres vivos. A su vez, los vivos colores, aromas y sonidos de los jardines proporcionan momentos de placer, distracción y profundo bienestar. 
• Espacio para socializar. Son lugares idóneos para relacionarse, compartir experiencias y participar en actividades grupales. En ellos, también se cultivan relaciones nuevas o se cuidan las ya existentes, ayudando a fortalecer los vínculos y prevenir el aislamiento social en edades avanzadas. 
• Mejora de la autoestima. Cuidar plantas y ver crecer los frutos de un trabajo al que le hemos dedicado tiempo, cariño y paciencia genera una satisfacción personal inigualable, especialmente valiosa para quienes viven solos o en residencias. 
• Fomento de la autonomía. Estos espacios ayudan a seguir manteniendo una vida activa y autónoma. Además, gracias a dispositivos como los relojes de teleasistencia permiten a las personas mayores realizar sus actividades con total independencia, ofreciendo tranquilidad y seguridad tanto a ellos como a sus seres queridos.  

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Características clave de un jardín terapéutico bien diseñado

Nada es al azar en un jardín terapéutico: desde los colores hasta los senderos, todo está diseñado para crear un entorno accesible, reconfortante y profundamente reparador. Sin embargo, ¿qué es lo que hace verdaderamente únicos a estos espacios?

• Diseño accesible e inclusivo. Es imprescindible que sean diseñados con caminos amplios, rampas, suelos antideslizantes y perímetros seguros que garanticen el acceso a personas con movilidad reducida, discapacidad o en rehabilitación. 
• Estimulación sensorial. Plantas aromáticas, texturas variadas, fuentes de agua, pájaros que escogen el jardín como hogar... Todos estos estímulos activan los sentidos, enriquecen la experiencia y fomentan la relajación. 
• Colores y patrones reconfortantes. A la hora de escoger las plantas, se suelen seleccionar tonalidades intensas que atraigan la atención.
• Zonificación funcional. Los jardines se distribuyen en áreas diferenciadas: para descansar, contemplación, actividades físicas, talleres, horticultura,... todo ideado para satisfacer distintas necesidades.

¿Qué diferencia hay entre un jardín terapéutico y la jardinoterapia?

Aunque ambos conceptos aúnan el contacto con la naturaleza como herramienta de sanación física y emocional, el jardín terapéutico y la jardinoterapia no son lo mismo, y ese matiz suele generar confusión. 

La jardinoterapia consiste en realizar actividades de jardinería —como regar, plantar flores o recolectar alimentos— con fines terapéuticos. ¿Lo mejor? Su versatilidad de espacios a la hora de llevarla a cabo: en un huerto urbano, en tu propio balcón o incluso, si dispones de él, en el jardín de tu casa. 

Por otro lado, un jardín terapéutico es un espacio verde diseñado con el objetivo de favorecer la salud y el bienestar de quienes lo utilizan. Estos jardines requieren de una planificación detallada, como la accesibilidad, zonas de descanso, plantas y flores que estimulen los sentidos y rincones específicos para desconectar o cultivar relaciones con otras personas. Son cada vez más imprescindibles en hospitales, residencias de mayores o centros de rehabilitación, aunque también existen en parques públicos, como es el caso de "Los Sentidos", ubicado en Coslada (Madrid). 

En pocas palabras: la jardinoterapia es la actividad, mientras que el jardín terapéutico es el espacio que multiplica los beneficios de esta práctica. 

Beneficios de la jardinoterapia en ancianos

Tras tener claro qué es la jardinoterapia (también conocida como hortiterapia o terapia con plantas), es importante conocer también los beneficios concretos que aporta esta práctica: 

• Mejora el estado anímico. Al centrarnos en una tarea específica, practicamos mindfulness casi sin darnos cuenta. De esta manera, desconectamos de preocupaciones cotidianas mientras nuestro cuerpo se invade de una sensación de calma y satisfacción. 
• Fortalece el sistema inmunológico. Cuando realizamos actividades al aire libre, absorbemos vitamina D del sol, que ayuda a fortalecer los huesos y nuestra barrera de defensa natural contra patógenos. 
• Ejercicios suaves. Estos espacios fomentan un envejecimiento activo: paseos, agacharse, levantar objetos ligeros o realizar movimientos que favorecen la coordinación mano-ojo contribuye a mantener la fuerza, la coordinación y la movilidad de forma segura. 
• Mejor calidad del sueño. Al envejecer, es frecuente padecer trastornos del sueño. A través de la jardinoterapia, se fomenta una buena calidad del descanso gracias al bienestar que proporciona cuidar de nuestras plantas. 
• Reducción del dolor crónico. Realizar terapia con plantas puede ayudar a a distraer la atención del dolor y mejorar la sensación de bienestar en personas que padecen dolencias crónicas. 
• Apoyo en el tratamiento de enfermedades mentales. Según un estudio publicado en Frontiers (2023), la jardinoterapia ha demostrado ser eficaz a la hora de reducir los síntomas de trastornos mentales en adultos mayores, como depresión o ansiedad. 

Conclusión

Los jardines terapéuticos son espacios habilitados para conectar con la naturaleza y realizar actividades que fomentan el bienestar integral, desde talleres de horticultura o, simplemente, disfrutar de momentos de contemplación donde dar un respiro a la mente. Sus beneficios abarcan lo cognitivo, físico, emocional y social, pero para alcanzarlos es fundamental que estos jardines cumplan ciertos criterios de diseño y accesibilidad. Aunque algunas veces se confunden con la jardinoterapia, esta disciplina es una de las muchas actividades que pueden llevarse a cabo en estos espacios, demostrando cómo un entorno bien pensado puede convertirse en un recurso muy valioso para la salud y la calidad de vida de quienes participan en ellos.