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Acudir a un centro de día para personas mayores tiene una imagen negativa para muchos, debido a que se asocia con una pérdida de autonomía y de deterioro físico y mental. Sin embargo, el objetivo principal de estos espacios es promover el envejecimiento saludable y la participación social de los mayores.
En el siguiente artículo te explicamos en profundidad qué es un centro de día y cuáles son las diferencias con una residencia. Asimismo, aquí puedes conocer el tipo de servicios que ofrecen los centros de día y a qué perfil de personas están destinados.
Los centros de día son un recurso para la atención diurna de personas mayores con algún grado de deterioro físico o cognitivo. Con el objetivo de fomentar el mayor nivel posible de autonomía, estos espacios ofrecen a los usuarios apoyo y seguimientos personalizado, además de actividades enfocadas en sus necesidades individuales.
En este sentido, los centros de día trabajan en desde varios ámbitos:
Además de la atención asistencial a mayores, otra de las cosas que definen qué es un centro de día es el apoyo a la familia o cuidadores del usuario. En concreto, el centro se encargará de informar al entorno del anciano sobre las actividades diarias, la evolución del mayor y posibles cuestiones relacionadas con el usuario, como cambios en el estado de ánimo o problemas de actitud ante dinámicas de grupo, entre otras.
Los familiares o las propias personas mayores pueden verse en la situación de tener que decidir entre acudir a un centro de día o una residencia. En estos casos suelen surgir varias preguntas, sobre todo, relacionadas con las diferencias que existen entre ambos entornos asistenciales.
Estas son dos de las principales deferencias entre lo que es un centro de día y una residencia para personas mayores:
En resumen, podemos definir un centro de día como un espacio diurno especializado con el objetivo de favorecer la autonomía de los adultos mayores desde el ámbito físico, cognitivo y funcional. Por otro lado, las residencias son un lugar de convivencia para personas con un alto grado de dependencia, es decir, que requieren de una asistencia continua las 24 horas del día.
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Como ya hemos mencionado, los centros de día para mayores son lugares de rehabilitación y atención integral. Por este motivo, debemos plantearnos asistir a estos centros cuando, nosotros mismos o algún familiar, empecemos a sufrir de algún grado de dependencia, ligero o moderado, como por ejemplo personas en una de las primeras fases del alzhéimer.
En este sentido, los centros de día son un recurso intermedio, ya que otorgan a los mayores una asistencia integral, apoyando en su cuidado a familiares y cuidadores, pero con el objetivo de que estos permanezcan el mayor tiempo posible en sus domicilios.
Una vez hemos decidido que es un centro de día la opción correcta para nuestra situación, lo siguiente es solicitar el acceso a este servicio. Para ello, el familiar o usuario interesado debe rellenar un formulario de registro y aportar la documentación necesaria que el centro le hará saber.
Asimismo, los usuarios interesados en los centros de día deben tener más de 65 años, aunque hay excepciones. Respecto a otros requisitos, estos dependen del tipo de servicio, lo que explicaremos más adelante.
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Al tratarse de espacios pensados para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, los centros de día cuentan con varias ventajas, por ejemplo:
Respecto a la ventaja más destacable de todas, los centros de día permiten a las personas mayores mantenerse en sus domicilios durante el máximo tiempo posible. Esto significa que, además de contar con la atención de un equipo sociosanitario especializado en gerontología en las instalaciones del centro, también pueden disfrutar de su independencia funcional en sus casas.
Debido a que es un centro de día, es decir, un entorno de atención a mayores con una leve pérdida de autonomía, sus servicios están diseñados para mejorar la calidad de vida e independencia de los usuarios. En este sentido, podemos dividir los servicios de los centros de día para mayores en asistenciales y terapéuticos.
Mientras que los servicios asistenciales están destinados a la atención de los usuarios, los servicios terapéuticos son las actividades o talleres que el centro dedica a la rehabilitación del mayor. Entre las prestaciones de los centros de día, podemos encontrar:
A parte de todo esto, los centros de día para mayores también ofrecen servicios de teleasistencia para ayudar y a atender a los usuarios sin necesidad de que estén en sus instalaciones. En este sentido, la teleasistencia contribuye a retrasar el ingreso de los mayores en residencias, favoreciéndoles pasar más tiempo en sus domicilios con seguridad y autonomía.
Los centros de día, al igual que las residencias, pueden ser de diferente carácter según su titularidad:
Además de por la financiación y el precio, los centros de día públicos también se diferencian del resto por los requisitos que necesitas para obtener plaza. En este aspecto, cada Comunidad Autónoma regula los centros de día y, por tanto, los requisitos son diferentes en cada territorio.
No obstante, en líneas generales, los centros de día público exigen al usuario lo siguiente:
En cambio, en los centros de día privados no hace falta que la persona interesada tenga un certificado de dependencia, es decir, hay plaza libre se puede ocupar.
Aunque los centros de día se dirigen principalmente a personas mayores de 65 años, hay usuarios con una edad inferior que requieren de este servicio por circunstancias de salud o por padecer cierto grado de dependencia.
En estos casos, las personas menores de 65 años pueden beneficiarse de las instalaciones de los centros de día para realizar ejercicios y actividades de rehabilitación que les ayude a conservar o mejorar su autonomía.
A parte de estos casos excepcionales, el perfil general de los usuarios de esos centros es una persona dependiente, leve o moderada, con una condición de salud que requiere de una asistencia que, debido a una determinada situación personal o familiar, no puede recibir por completo en su domicilio.
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