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Cómo calmar a una persona con demencia senil

29/03/2021

Joven sosteniendo las manos de un anciano, una forma de cómo calmar a una persona con demencia senil

A medida que envejecemos, las capacidades cognitivas se ven reducidas, afectando a nuestra memoria, pensamiento y comportamiento. En este sentido, la demencia senil es una patología que conlleva una pérdida de la función cognitiva y que está estrechamente relacionada con el alzhéimer.

Asimismo, se trata de una enfermedad que puede provocar que la persona actúe sin conocimiento de lo que hace, llegando a presentar episodios agresivos o depresivos. Por este motivo, es importante conocer cómo calmar a una persona con demencia senil para manejar la situación y que esta no empeore.

En este artículo te damos una serie de consejos y recomendaciones para convivir con una persona con demencia, garantizando su bienestar, el de sus seres queridos y el del cuidador.

Cómo actuar ante una persona con demencia

La demencia senil es un trastorno que incapacita al paciente poco a poco, llegando en etapas más avanzadas de la enfermedad a una situación de dependencia. Por este motivo, es necesaria la ayuda y apoyo de alguien que sepa cómo tratar a una persona con este trastorno para que el proceso sea menos duro.

En primer lugar, antes de las recomendaciones para actuar ante esta enfermedad o sobre cómo calmar a una persona con demencia senil, necesitamos reconocer los síntomas más comunes de esta patología, como son:

  • Pérdida de la memoria.
  • Dificultad para comunicarse o encontrar palabras.
  • Reducción de habilidades visuales y espaciales.
  • Problemas para razonar, resolver problemas o manejar tareas complejas.
  • Dificultad con la coordinación y las funciones motoras.
  • Confusión y desorientación.

A pesar de que la edad es uno de los factores que incrementan el riesgo de sufrir alguna demencia, esta patología no es exclusiva de esta etapa avanzada de la vida. Por ello, es importante que cuando empecemos a notar síntomas en nuestro ser querido de demencia, debemos actuar y saber cómo tratar con esta enfermedad.

A lo largo de este artículo vamos a dar consejos sobre cómo calmar a una persona con demencia senil y cómo actuar ante las diferentes tareas del día a día. Es importante tener en cuenta que los síntomas y las consecuencias de este trastorno son diferentes en cada paciente, por lo que debemos seguir las recomendaciones teniendo en cuenta la condición del mayor e intentando mantener su independencia y autonomía lo máximo posible.

Pérdida de memoria

Como ya se ha mencionado, la pérdida de funciones cognitivas perjudica a la memoria, lo que, a su vez, puede provocar situaciones de confusión y desorientación en el mayor. Por este motivo, una parte fundamental de cómo calmar a una persona con demencia senil es saber cómo actuar para evitar que sus problemas de memoria le impidan realizar sus actividades del día a día.

Estas son algunas de las medidas necesarias para facilitar la vida y el cuidado del paciente ante episodios de pérdida de memoria:

  • Haz una lista con las actividades diarias ordenadas por horas.
  • Por la noche, repasa los acontecimientos del día y los nombres de las personas con las que el mayor se ha relacionado.
  • No cambies de sitio los objetos o elementos de la casa.

Si la pérdida de memoria es severa, la persona enferma puede llegar a hacer o decir lo mismo muchas veces. En estos casos, debemos mantener la calma y ser pacientes. Además, dejar la información escrita puede ayudar con las preguntas más frecuentes.

Comidas

La situación a la hora de comer también puede representar una gran variedad de problemas, desde la falta de apetito del mayor hasta que se le haya olvidado cómo se come. Aquí te dejamos unos consejos para lidiar con los problemas alimenticios y otras consecuencias de la demencia durante las comidas:

  • Prepara alimentos que sean fáciles de comer y de masticar.
  • Haz que te ayuden en la preparación, ya que involucrar a la persona con demencia en el cocinado puede despertar su apetito y estimular su actividad cerebral.
  • Crea un menú de comidas para que el mayor sepa lo que se le va a servir.
  • Mantén un horario regular de las comidas.
  • Asegúrate de que el mayor ingiere suficiente líquido.
  • Evita que durante la comida la persona con demencia se distraiga con la televisión, la radio u otras cosas.
  • No fuerces al mayor a comer algo que no quiere, es preferible que tenga una dieta poco variada a que no coma nada.
  • Recuerda al paciente tragar cuando acumule mucha comida en la boca.

Al igual que en el caso de la pérdida de memoria, la paciencia es fundamental y no debemos regañarle ni frustrarnos si tienen algún mal comportamiento en la mesa.

Higiene personal

Respecto a las actividades relacionadas con el aseo y la higiene personal, el encargado de ayudar al mayor con estas tareas debe ser empático con su situación. Es decir, se trata de un momento en el que la persona enferma ha perdido su intimidad y esto puede ocasionar situaciones de crisis en las que reacciona de forma negativa a los cuidados.

Estas son algunas de las recomendaciones a la hora de asistir al anciano en estas actividades:

  • Asegúrate de que el mayor se baña o ducha entre dos y tres veces por semana como mínimo, ya que un correcto aseo eleva la autoestima del anciano.
  • Mantente al lado del paciente cuando se esté aseando. Si su enfermedad no está muy avanzada, basta con quedarte cerca.
  • Recuérdale ir al baño cada dos horas.
  • Si sufre de incontinencia, coloca algún orinal cerca de donde se encuentre por si no llega al baño.
  • Compra pañales para adultos en caso de que haya algún riesgo de infección o lesión cutánea.
  • Escoge ropas fáciles de lavar y de ponerse.
  • Deja al mayor que escoja su ropa, pero limita las opciones para que no se agobie.
  • Ayúdale colocando la ropa encima de la cama en el orden en que debe ponérsela, primero la ropa interior y luego lo demás.
  • Cambia las sábanas como mínimo dos veces a la semana y su ropa interior todos los días.

Relaciones sociales

Es importante que la persona con demencia se relacione y no se sienta excluida por su enfermedad, por lo que es recomendable que el mayor reciba visitas a domicilio de familiares, amigos o vecinos. Sin embargo, es necesario que las personas que se relacionen con el paciente conozcan sus circunstancias y sepan actuar adecuadamente.

Para ello, debemos seguir los siguientes consejos:

  • Avisa y prepara al mayor antes de la visita.
  • Repite los nombres de los visitantes cuando lleguen.
  • No impidas a los niños relacionarse con la persona con demencia, ya que los pequeños suelen agradarles y hacerles felices.
  • Evita hablar demasiado alto o gritar alrededor del mayor para que no piense que le estás regañando.
  • Utiliza frases breves y sencillas.
  • Mírale directamente a los ojos cuando le hables.
  • Estimula la participación del mayor en las conversaciones.

En resumen, todos los miembros de la familia deben tener una conciencia clara de la enfermedad y su efecto sobre el paciente para poder acompañarle y hacer más fácil el afrontar esta patología.

Ejercicio físico

Son varios los casos en los que se ha visto que realizar ejercicio ayuda a que las personas con demencia senil estén más tranquilas. Además, la actividad física desacelera el deterioro de las funciones motoras, mejora la calidad del sueño nocturno y es una forma de eliminar tensión.

Existen diferentes rutinas con ejercicios específicos para personas mayores que pueden hacerse tanto en el hogar como al aire libre.

Antes de poner a una persona con demencia a hacer ejercicio, debemos tener en cuenta que este tiene que ser lo más suave posible y no producir ningún tipo de dolor. También, es conveniente que realicen las actividades físicas todos los días a la misma hora y de manera tranquila y ordenada.

Qué hacer para calmar a una persona con demencia senil agresiva

En sus etapas más avanzadas, la demencia puede causar episodios de agresividad, en los que el paciente puede llegar a dañar a otra persona. Es importante conocer cómo calmar a una persona con demencia agresiva para saber cómo actuar y, así, suavizar el ataque o, incluso, prevenirlo. Para ello, debemos tomar las siguientes medidas:

  • Procurar identificar la causa desencadenante de la reacción agresiva.
  • Comprobar si hay causas físicas que podrían haber provocado la crisis como dolor, fiebre, calor, frío, entre otras.
  • Evitar siempre discutir con la persona enferma o intentar que razone.
  • Utilizar un tono de voz tranquilo y, si nos lo permite, ayudarse del contacto físico suave y afectuoso.
  • Cambiar su atención del motivo del enfado a otro contexto u otra actividad distinta, por ejemplo, con objetos personales o fotografías.

En el caso de que la reacción agresiva vaya acompañada de golpes físicos, debemos mantener la distancia con el mayor, mientras le hablamos con tranquilidad y dirigimos su atención a algo que le resulte agradable

Además de episodios agresivos, el paciente puede presentar otros trastornos de la conducta que necesitamos conocer para actuar adecuadamente o, en algunos casos, acudir a un especialista.

  • Depresión: si la persona enferma presenta síntomas de angustia o depresión, como perder el interés en ciertas actividades, aislamiento social o presentar algún trastorno alimenticio, debemos acudir a un especialista para que lo diagnostique y nos indique cuál es el mejor tratamiento.
  • Agitación nocturna: las alteraciones cognitivas impiden a las personas con demencia recibir el aviso natural que nos da nuestro cuerpo sobre cuándo debemos dormir, provocando en el paciente trastornos del sueño que pueden agravar su enfermedad. Entre ellos, el más común es el síndrome del ocaso o sundowning.
  • Conducta desinhibida: en ocasiones, una persona con demencia puede mostrar un comportamiento socialmente incorrecto, llegando a situaciones en las que el paciente presenta conductas no adecuadas a las normas sociales. Ante estas situaciones, es importante que reaccionemos con calma, expliquemos al mayor brevemente por qué ese comportamiento está mal, pero sin regañarle. Sobre todo, debemos aceptar y asumir que estas conductas ocurren en la enfermedad y normalizarlas.
  • Delirios: cuando la persona con demencia comience a relatar historias o creencias falsas que piense que son reales, no debemos alarmarnos ni intentar llevarle la contraria, ya que esto puede ocasionar un episodio de agresividad. Lo principal es cambiar de tema a otro que le interese y le pueda distraer.
Hombre mayor calma a una mujer con demencia abrazándola mientras ella se apoya en su pecho
En muchas ocasiones, la mejor respuesta a cómo calmar a una persona con demencia es el afecto, es decir, contacto físico que transmita apoyo y comprensión.

Otros factores que ayudan a calmar a la persona

Además de los consejos anteriores, existen otras medidas que nos pueden ayudar a calmar al mayor con demencia. Se recomienda la utilización de estas técnicas para estimular cognitiva y afectivamente al mayor:

  • Entrenamiento de memoria: adivinanzas, ejercicios de completar frases, reconocer personas, talleres de estimulación de memoria, entre otros.
  • Musicoterapia: escuchar música, bailar o cantar es una buena forma de distraer a la persona con demencia durante alguna crisis o de hacerle recordar situaciones y experiencias vividas.
  • Técnicas de refuerzo positivo: además de no regañar al mayor ni discutir con él, podemos darle la vuelta alguna de sus crisis de conducta y convertirlas en un comportamiento positivo. 
  • Estimulación social: fomentar la interacción del paciente con amigos y visitas, evitando causar situaciones de rechazo o aislamiento.
  • Ergoterapia: las actividades manuales son de gran ayuda para las personas con demencia, como forma de distracción y de ocio.

En cuanto a los posibles medicamentos, no hay ningún tratamiento farmacológico que resulte eficaz para curar esta patología. No obstante, sí que hay fármacos que ayudan en ciertos aspectos, como calmar a la persona con demencia senil. Si los episodios agresivos del paciente son continuos y no lo logramos calmar con ninguno de los métodos que ya hemos explicado, podemos hablar con el médico sobre una posible medicación.

Consejos para afrontar el cuidado de una persona con demencia

Durante las etapas más leves de la enfermedad, el cuidado de la persona con demencia senil suele recaer sobre los familiares. En muchos casos, esta situación conlleva un agotamiento físico y psicológico en los seres queridos de la persona enferma, causándoles el síndrome del cuidador.

Por este motivo, es importante cuidarnos a nosotros mismos para poder afrontar las circunstancias de la enfermedad sin que estas afecten a nuestra salud física y mental. Para ello, estas son algunas de las recomendaciones que debemos tener en cuenta:

  • Asistir a grupos de familiares de enfermos con el mismo tipo de problemas.
  • Implicar a todos los familiares en el cuidado y las decisiones.
  • Evitar situaciones que puedan provocar estrés o agobio elevado.
  • Alejarnos de situaciones que nos pueden sobrepasar ayuda a que nos calmemos antes de enfrentarnos al problema.
  • No aislarse, siempre que sea posible debemos pedir ayuda a familiares, amigos o profesionales.
  • Tomarse un tiempo cada día para uno mismo es esencial para mejorar nuestra situación personal y así cuidar del afectado con una actitud más positiva.

En general, cuando el mayor va requiriendo cada vez más asistencia solemos acudir a la figura del cuidador profesional, concretamente, durante las etapas más avanzadas. Con el avance de la enfermedad, los olvidos, cambios de humor e incluso momentos de agresividad son más frecuentes y el paciente es cada vez menos capaz de realizar actividades cotidianas por su cuenta.

Todo cuidador debe conocer cómo cuidar a una persona mayor y, además, necesitan saber cómo asistir a una persona con demencia o alzhéimer. Respecto a esto, los cuidadores requieren de unos aspectos esenciales a la hora de tratar con estos pacientes, como son tolerancia, paciencia y apoyo.